“Los de la basura” es un corto documental realizado por alumnos de la Universidad Iberoamericana plantel León, que está compitiendo dentro del marco del Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF), que actualmente se lleva a cabo en nuestro estado.
El documental narra la historia de un matrimonio de barrenderos de nuestra ciudad, que son parte del Sistema Integral de Aseo Público de León (SIAP), la pareja la integran la señora Susana Peña y el señor Jaime Cuéllar, a quien le gusta que le digan “El Aguacate”, pues al ser de tez morena, con el uniforme del SIAP dice que es verde por fuera y moreno por dentro.
Más allá de su historia personal en sí misma, el corto desnuda la cruda situación que viven algunos de los cientos de los empleados municipales que se dedican a limpiar nuestra ciudad, y quienes en infinidad de veces son ignorados, incomprendidos o de plano invisibilizados por la mayoría de los habitantes de León, pero, además, el material relata el cuestionable ambiente de trabajo que viven hacia adentro del propio SIAP.
Cuenta “El Aguacate” que cuando empezó a trabajar en el SIAP, su supervisor le pidió 10 mil pesos si quería que lo destinaran a trabajar en una de las zonas más seguras y limpias de la ciudad, pero como evidentemente no tenía ese dinero, entonces fue asignado a una de las rutas más peligrosas, entre las que se encuentra la zona del bulevar Insurgentes y bulevar López Mateos, en donde los autos les pasan rozando cuando se encuentran barriendo la calle.
Señalan que nunca les proporcionan al menos un cono para que los automovilistas puedan prevenirse de que por ahí hay una persona barriendo y, dice la señora Susana, que les han dicho que su única protección es precisamente el bote de basura que les dan en el SIAP.
“El Aguacate” también comenta que solamente una vez le han dado un par de guantes que no le duraron casi nada, por lo que en una de las escenas se le ve recogiendo la basura de uno de los basureros que hay en la zona con la mano descubierta, con todas las consecuencias de higiene y de riesgo que ello conlleva.
Pero ante esas adversidades, ellos se ven felices, aun cuando al principio del corto se les escucha platicando a la cámara sobre cuáles eran sus sueños cuando eran jóvenes, los de ella eran ser actriz o cantante, y los de él ser médico cirujano. La vida no les ha permitido ni terminar la preparatoria.
Los dos son un impresionante ejemplo de lucha, superación y resiliencia dentro de su comprometida situación económica, ellos igual tienen una vida como todos, ríen, lloran, bailan, van a fiestas, etc. y han salido adelante logrando criar orgullosamente a cuatro hijos, de los cuales dos ya están en la universidad, y los otros dos van en la prepa. Decía “El Aguacate”, cuando se le dio la voz el pasado viernes en la presentación del documental, en la inauguración del GIFF en el Teatro Juárez, que él tenía la misma edad de los jóvenes que hoy realizaron el documental, y que hoy se sentía feliz de ayudar a esos muchachos a realizar sus sueños, aunque los de él no se hayan podido cumplir. Vimos la nobleza humana en su máxima expresión.
El documental exige de nosotros una profunda solidaridad, respeto y agradecimiento hacia todas las personas que trabajan diariamente en la infinidad de oficios existentes. No se trata de causar lástima, ellos enaltecen lo que hacen, y lo hacen bien, de lo que se trata es que nosotros como sociedad también dignifiquemos su trabajo y no los invisibilicemos.
RAA
