Primero. El golpe a los tres bancos mexicanos de parte de la autoridad financiera de Estados Unidos es un asunto político. Es un mensaje para nuestro Gobierno, la banca y entidades financieras como las casas de bolsa. 

Segundo. Las inversiones en valores, fondos y acciones que tienen los clientes en Vector, están seguras. Dice la autoridad financiera mexicana y la propia casa de bolsa que los clientes deben mantener la calma. 

Tercero. El caso del banco Intercam, uno de los principales proveedores de servicios de cambio y envío de pagos en divisas extranjeras, modificará su futuro como empresa pero es probable que permanezca; su índice de capitalización (ICAP) es sólido con el 26%. 

Cuarto. CI Banco tiene, según el reporte a la Comisión Bancaria y de Valores, una capitalización del 14.29%, suficiente para cualquier entidad financiera para enfrentar “corridas” en tiempos normales. 

Quinto. El gobierno debe proteger el ahorro, los depósitos de las instituciones golpeadas por la autoridad financiera norteamericana (FinCEN) o Red de Control de Delitos Financieros. Todos los días se mueven en transacciones miles de millones de dólares entre México y EE.UU. Es seguro que muchas de ellas tengan que ver con delitos de lavado de dinero. Ningún banco podría controlar todas las transferencias para conocer el origen y el destino del dinero. El impacto de la medida es impredecible porque no sabemos cómo podría el gobierno y las entidades castigadas desde el extranjero calmar a sus clientes. Lo cierto es que la intervención estatal es indispensable.

Lo que sucede es una centésima parte de lo que pasó cuando el Presidente Ernesto Zedillo tuvo que salvar a todo el sistema bancario nacional porque las instituciones estaban prácticamente quebradas. Sin el apoyo del Fobaproa los ahorradores hubieran sufrido el mismo destino que los argentinos en el famoso “corralito”. Una de las tragedias económicas y humanas más graves que ha vivido Argentina. 

El castigo del Tesoro Norteamericano impide la marcha de Intercam, uno de los principales proveedores de dólares a la industria y el comercio nacional. También afecta a CI Banco porque todas las tarjetas de débito y crédito denominadas en dólares o en monedas extranjeras (un producto muy práctico para el turista), están congeladas. 

Al parecer la medida es temporal; la confianza regresaría si hubiera un arreglo entre gobiernos. De no ser así, lo mejor que podría pasar es no perder el valor de las empresas. Hay muchos años de trabajo y empeño en las tres entidades financieras; el golpe destruye valor si algún otro banco o institución no absorbe sus operaciones. 

El golpe es un manotazo de la administración Trump para que todos los intermediarios financieros mexicanos y extranjeros que operan en México se pongan más exigentes. Los instrumentos que tiene EE.UU para conocer el origen y el destino del dinero son impresionantes. Ni siquiera las operaciones con criptomonedas pueden esconderse como muchos creen. 

Nuestra “soberanía financiera” no existe frente al poder del Tesoro Norteamericano. Tampoco la “soberanía energética” o la “soberanía alimentaria”. Pero eso no nos impide prosperar o tener un buen gobierno. Como podrán apreciar en la 4T, cualquier corrida bancaria puede desestabilizar al país como sucedió en 1994 y no hay más remedio que atajarla antes de que la destrucción económica sea masiva. 

Bien por la intervención y el apoyo de Hacienda y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores. Es el primer paso para solventar el problema. 

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