No serán bombas “rompebúnkers” las que nos está lanzando Estados Unidos, pero resultarán sus acusaciones igual de dañinas en el mediano y largo plazo. Dos bombazos nos dejaron caer ayer los vecinos.

1.- La Fiscal General, Pam Bondi, nos declaró país adversario junto con Rusia, Irán y China.

2.- Tres instituciones bancarias y financieras mexicanas fueron denunciadas por el Departamento del Tesoro norteamericano de lavar dinero para cárteles del narcotráfico mexicano.

La consecuencia de lo anterior es que quedarían -por lo pronto- fuera del sistema SWIFT sin operar dentro del sistema financiero internacional.

Ayer, en una audiencia de la Fiscal Bondi en la Cámara Alta de EU, el Senador republicano Lindsey Graham le preguntó si el Gobierno mexicano está ayudando a Estados Unidos con el problema de las drogas, a lo que ella respondió que sería mejor contestar en un ambiente “clasificado” (esto, por lo delicado de la información).

Entonces Graham afirmó: “Quiero decir públicamente que no, no lo está (cooperando). Ellos deben saber que la mitad de su País está gobernada por los cárteles. Nunca estaremos seguros aquí (en Estados Unidos) hasta que México (su Gobierno) cambie la estrategia.

“Vamos a ir por ellos (los cárteles) con o sin la ayuda de México”, agregó Graham. Más claro no canta el gallo.

Las acusaciones lanzadas ayer por el Departamento del Tesoro, declarando “narcolavadoras” a Intercam, CIBanco y Vector, son un golpe seco a nuestro sistema financiero (y a la imagen de México), y obviamente a los dueños de tales instituciones.

Ahora bien, lo dicho en el Senado y ante el Comité de Presupuesto respecto al Gobierno mexicano debe interpretarse como un presagio de que los guamazos apenas comienzan.

Hoy los ataques son verbales, pero mañana pueden tornarse en acciones concretas que prometen lograr en México el mismo resultado que agujerear el fondo de una cubeta, llenarla de estiércol, y atada a un mecate, hacerla rehilete. ¡A’i les encargo el mugrero!

Empecemos por la aseveración en la audiencia de ayer en el Senado, de que la mitad de nuestro territorio lo gobiernan los cárteles.

Si esto es así, la mitad de los Gobiernos locales del territorio que controlan los cárteles son sus cómplices, y si EU tiene como propósito “ir por ellos” con o sin la cooperación de México, entonces hay unos 12 o 15 Gobernadores mexicanos que pueden acabar con acusaciones de encubrimiento o encarcelados (allá). Ya no digamos alcaldes, militares o funcionarios federales.

El espectáculo -de inicio- no será bonito, pero a largo plazo puede traerle a México el fin de la protección oficial e impunidad de la que gozan los capos más relevantes del cartelario mexicano. Que equivale a decir el fin de la violencia y la delincuencia desbocada que hoy padecemos, como asesinatos masivos en eventos sociales, balaceras, ataques a policías y bloqueos.

Queda implícito, por lo dicho en el Senado y las declaraciones del Departamento del Tesoro, que el Gobierno de Estados Unidos no se traga ni tantito el “bullshit” de los funcionarios mexicanos y sus aseveraciones de “logros” en materia de seguridad. Si quieren prevenir un desastre mediático mundial, los de la 4T están obligados a hacer, no a decir.

Solo las acciones concretas pudieran evitar la acción unilateral de Estados Unidos contra los cárteles, sobre todo dos: el Cártel de Sinaloa y el Jalisco Nueva Generación, que parecen ser los más activos, y más en el tráfico de fentanilo, del que afirmó la Fiscal que entra a Estados Unidos en las mismas cantidades o más que siempre, lo cual implica inacción por parte del Gobierno mexicano, su Guardia Nacional militarizada, y el Ejército y Marina.

Lo mínimo requerido -nos parece claro- es la captura y entrega de “Los Chapitos”, del “Mayito Flaco”, del “Mencho”, mas no sólo eso, sino también de quienes los protegen y les extienden el amplio manto de la impunidad. Con menos dudamos mucho que se conformen los vecinos al norte del Bravo.

Resulta obvio que, por oscuras razones, la 4T no parece estar dispuesta a tocar a los “intocables”, de manera que preparémonos -aunque sea mentalmente- a que nos sigan cayendo bombazos de los “socios”, y que junto a las tres instituciones financieras señaladas comiencen a aparecer nombres.

Está por verse si nuestros Ayatolas resultan tan inteligentes como los iraníes.

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