Como aquí lo he consignado, el crecimiento de la economía de mascotas es creciente, pues una parte ya importante de la población mexicana aplica parte de su ingreso a cuidar perros y gatos en lo que ahora conocemos como “gatijos” y “perrijos”. Así, ya hay hospitales veterinarios, estéticas de mascotas, espacios amigables con ellos y en general, dedicamos como sociedad, una parte importante de nuestros recursos a las mascotas. 

De continuar esta tendencia, en 10 años habrá tres mascotas por persona en nuestro país. Por ello hice un sondeo local pero ya enfocado a las razones por las cuales es creciente la preferencia por mascotas por sobre las personas, y encontré que la principal se debe a que dan y reciben cariño y a que no causan problemas como los humanos.

Siempre he cuidado, respetado y querido a los animales, pero sé que no son humanos, aunque ahora muchos los consideren como tales. Busqué en la literatura qué hay atrás del comportamiento humano en las generaciones recientes, que tratan como personas a sus mascotas y que incluso el sector económico dedicado a ellos ha crecido tanto. Y lo que encontré, es que hay un perfil creciente de la humanidad que en su soledad se refugia en estos amores, porque las mascotas son definitivamente más manejables y siempre retribuyen cariño a las personas que tanto los necesitan. Por ello, las personas están dispuestas a asumir costos, como no poder rentar una casa por no poder albergar a sus mascotas, y la generación “millennial” es ya la primera que ya no quiere hijos, y se consuela en preferir tener mascotas

La industria de las mascotas domésticas representa un mercado enorme para los emprendedores, pues en la medida en que envejece la población y los matrimonios jóvenes cancelan o posponen la decisión de procrear hijos (muchos abuelos no alcanzarán a conocer nietos), se incrementa el fenómeno de la adopción de mascotas. En León crece más la cultura sobre el trato animal, como el “Reglamento para la protección de animales domésticos” en el Municipio, que el de protección de los menores en vulnerabilidad o huérfanos. En León se han concretado en 10 años, menos de 50 adopciones de niñas, niños y adolescentes.

De 2000 al 2010 el número de perros creció en 20% en México y contrasta con la reducción de la tasa de natalidad, en más del 25% en el mismo lapso. El número de mascotas crece tanto, que, en León, se estima que hay un perro o gato en el 60% de los hogares, de acuerdo al INEGI. En León operan entre 500 y 600 establecimientos para mascotas. De acuerdo al sondeo que he hecho a 250 leoneses, identificamos que 59% de ellos reconoce tener una mascota en el hogar. Entre los servicios que más requieren están los veterinarios (39 %) y los estéticos (34 %). Los encuestados manifiestan que paulatinamente dedican más tiempo a sus mascotas y que tienen como ventaja el que son “buenos compañeros”. A la pregunta de cuánto de su presupuesto dedican al mes a sus mascotas, el 36% lo hace en un rango entre 800 y 900 pesos mensuales. Pero preguntando si estaría dispuesto a adoptar a alguno de los 800 menores que viven en el estado de Guanajuato y que esperan ser adoptados, menos del 3% dijo estar “al menos interesado” en esa posibilidad.

Estamos frente a una tendencia que sostiene que estamos frente a un nuevo modelo de familia -esa en la que un animal toma el lugar central del núcleo familiar y se convierte en algo así como el sustituto de un hijo-. Sí, como lo leen: las mascotas sustituyen a los hijos y son considerados “casi” como personas. Y no solo eso, los encuestados demuestran más interés en tener mascotas, que hijos; en invertir tiempo y dinero más en animales, que en menores en desprotección. Los estudios disponibles tienen también explicaciones psicológicas en los humanos ante la incapacidad de entablar relaciones estables y fecunda con otros humanos, pues es más fácil hacerlo con perros y gastos. Cambios impresionantes, que reflejan patrones impensables en nuestra escala de valores. Todo, para meditarlo; como sociedad, ahora es más fácil y cómodo, proteger a un animal que a un ser humano. Así es, estamos locos por las mascotas. 

 

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