En este espacio y en los meses anteriores, presenté pros y contras de esta reciente elección e incluso la semana pasada, pronosticaba un porcentaje bajo de participación y que coincidió con el que ya presentó oficialmente el INE.
Considero que no era difícil prever este porcentaje, pues es la mitad de la participación nacional, la que ha tenido nuestro estado. De la misma manera que en el “mandato revocatorio” del 2022, esta elección no despertó interés en la ciudadanía e incluso se pudo constatar que los “votos blancos” y “votos” nulos, fueron el 10% de todos los emitidos.
Es bueno que incursionemos como País en esto, aun con riesgos, pues insistiré en decir que la democracia “directa” o “deliberativa”, llegó para quedarse en México, aunque nos faltan todavía décadas para que sea una realidad.
¿Por qué tan poca participación? Guanajuato fue el estado que tuvo la menor participación comparado con los 31 estados restantes. La oposición al partido hegemónico que gobierna el País cuestionó y boicoteó la elección y como segundo factor, que los candidatos eran prácticamente desconocidos y que las mismas boletas no podían facilitar la comprensión y ahora vemos que el resultado fue lamentable para la democracia del País.
No fue “maravillosa” la elección, como lo dice nuestra Presidenta Sheinbaum, sino que refleja que en el País todavía no se acepta la idea de que los jueces sean electos o seleccionados en tómbola, sino que prefiere que sean profesionales.
Es interesante conocer que al igual que en otras recientes votaciones, el sur del País vota diferente al norte. Es decir, que a mayor escolaridad mayor rechazo de la elección judicial e incluso, que la votación del pasado domingo se concentró en el sur del país y que el norte y el occidente, la rechazaron.
En León, donde Sheinbaum ganó la Presidencia de la República, hubo una tasa bajísima de participación en los 4 distritos electorales en un domingo lluvioso. Si hacemos el análisis por preferencias políticas, encontraremos también que fueron los correligionarios de Morena quienes basados -en los ahora ya famosos acordeones-, los que decidieron la elección, como fue el caso del nuevo Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Considero que no es mala la selección del nuevo Presidente, pues es claramente un abogado de las causas indígenas; lo malo es que también quedaron personas militantes, completamente afines al régimen y con ello, Morena asegura el control absoluto de la vida nacional.
Una excepción en mi opinión honrosa es la de Irene herrerías quien siempre ha mantenido una enorme distancia del poder político y representa legítimamente la defensa de los derechos humanos de las mayorías y a quien conozco desde la universidad.
Hay más aprendizajes para tomar en cuenta, como el costo de más de $1,200 que tuvo cada voto emitido al no existir el voto electrónico. También, la tardanza que entre 15 y 20 minutos que tenía en una urna, un adulto mayor. Destaca el trabajo impecable del INE y que fortalece la imagen de confianza que tiene en todo el País.
A diferencia de otras elecciones aquí no participaron partidos políticos, pero sí miles de observadores electorales y de funcionarios de casilla que hicieron posible esta elección. Lo complejo del trabajo manual de recuento de votos nos sigue llevando a la indispensable digitalización de la elección, pero que parece imposible cuando hay tanto recelo culturalmente en nuestro país hacia las trampas electorales. Pero “haya sido como haya sido”, la elección del Poder Judicial crea un precedente para que asuntos de relevancia sean definidos en las urnas.
Tendremos que exigir que en los gobiernos estatales y municipales haya mecanismos de elección para que realmente se democraticen los Consejos directivos y Consultivos, que, si bien tienen participación ciudadana, en realidad son controlados y manipulados por los gobiernos.
En el estado de Guanajuato y en León -que son precursores nacionales de la participación ciudadana- este proceso está viciado y tiene una visión elitista que evita que las mayorías puedan tener voz. Viene sin duda la reforma electoral y que el régimen presentará a la sociedad como algo necesario para tratar de justificar o al menos culpar al INE de la bajísima participación del domingo.
Estoy seguro que el régimen repetirá el esquema para enviar a votación en todo el País a los consejeros electorales y con ello sacar a la calle a beneficiados de programas sociales a funcionarios de gobiernos y a la compra de voluntades para que en el futuro el órgano electoral también sea suyo.
Sea como sea, estamos ya en las aguas turbulentas en las que navegamos durante 71 años con el régimen totalitario que fue el PRI y que ahora Morena, su hijo, está reproduciendo.
