Nos parece curioso que, tras el artículo del Wall Street Journal, en el que este prestigiado medio concluye que los reveses electorales de Morena en Durango y Veracruz son culpa del hijo consentido del Tlatoani Tabasqueño, Andrés “Andy” López Beltrán, la Presidenta haya salido a defenderlo indirectamente, afirmando que tras la elección Morena gobierna más población.
Resaltar este dudoso logro -tras perder media docena de municipios importantes en ambos Estados- tiene como fin elogiar la “labor” de Andy dentro de Morena, y defenderlo o colocarlo a salvo del mote de perdedor que le cuelga tan influyente medio.
Que a la Presidenta le preocupe tanto rescatar la reputación del vástago de su mentor/padrino/promotor nos huele mal. Nos huele a que a México lo amenaza una dinastía, en la que el Cacique Tropical le “presta” el poder a la Presidenta, encargándole sus proyectos personales -que incluyen la destrucción de nuestra joven democracia-, los cuales ella lleva a cabo de manera por demás obediente, para luego traspasarle el poder al hijo del Presidente.
De López Sr. a López Jr., vía Claudia Sheinbaum Pardo. Todo indica que se prepara para nuestro maltrecho México un golpe dinástico: lejos de tener democracia, tendremos una monarquía en la que el poder se hereda. No son pocas las señales, no siendo la menor las solícitas defensas que la Presidenta hace del tal Andy cada vez que alguien osa criticarlo o exhibe algún conflicto de interés que acarrea consigo desde que su papá era Presidente y se le relacionaba con amigos, compadres o parientes beneficiados con obra pública. Tanto en el malecón de Villahermosa, como en la construcción del Tren Maya.
La sociedad de elogios mutuos mentor-pupila es otra indicación de que la Presidenta no ha hecho otra cosa más que finalizar todos los caprichos del Cacique Tropical, inquilino del rancho “La Chingada”.
El WSJ dio cuenta de que Andy -por ejemplo- visitó en numerosas ocasiones Durango para impulsar la candidatura de uno de sus allegados, que finalmente perdió. Siendo él el encargado de las “movilizaciones” de Morena, resulta lógico que destaquen la falta de arrastre de quien bien pueda querer la 4T -y su chamán- que sea el sucesor de Sheinbaum.
Quienes lo conocen afirman que Andy es abusado a la manera de ladino, lo cual no extraña, ya que la manzana no cae lejos del árbol. Sin embargo, ¿tendrá el mismo arrastre populista que su papá?
Esto es lo que pone en duda el WSJ, y lo que defiende con tanta vehemencia la Presidenta, quien se aparta de su agenda para impulsar la de su mentor y sus herederos impulsores -también- del “chocolate del Bienestar”, única golosina mala para la salud de nuestra niñez y juventud aprobada para venta en escuelas públicas.
La clara predilección de la Presidenta por Andy representa un problema mayúsculo para otros miembros de la 4T. Por ejemplo, los legisladores Monreal y Adán Augusto, pero también colaboradores y colaboradoras del equipo de la Presidenta. ¿Se supone que los demás funcionarios o aspirantes deben hacerse a un lado y dejar pasar al tal Andy sin chistar? ¿La Presidenta misma ha sacrificado su derecho a proponer a su sucesor?
Muchos nos preguntamos cuál será la naturaleza de la ascendencia que ejerce el padrino sobre su pupila, a quien por lo visto no solo le ha encargado sus proyectos políticos, sino también a su hijo, quien teóricamente depende de Luisa María Alcalde, pero que de facto no toma en cuenta.
¿Por qué será? ¿Acaso porque se siente dueño de un poder superior al que tiene acceso Alcalde? Sea lo que sea, algo apesta en Dinamarca: la Dinamarca que prometió en salud el Cacique Tropical y que acabó en megatransa (Birmex), muy lejos de sistemas primermundistas.
Sus ocurrencias gestaron mofas y burlas por descabelladas, mas lo que preocupa y provoca pánico es que haya encontrado no solo quien lo tome en serio, sino que implemente sus peores tarugadas.
