Confieso disfrutar mucho al impartir charlas a grupos en la ciudad. Lo he hecho en varias ocasiones con los socios del Colegio de Contadores Públicos de León.
Los contadores se aglutinan en su colegio profesional, igual que otras profesiones. En León, específicamente, lo hacen desde el año 1969 en que se funda su colegio, en esa profesión que cumple más de 100 años de actividad en México.
El objetivo del Colegio de Contadores de León es uniformar y elevar la calidad de la práctica contable de los socios colegiados, y esto lo logra a través de diversas estrategias como cursos y congresos. Es un colegio vivo, dinámico, con personas muy disciplinadas y lógicas, como son los contadores.
En el terruño tenemos cuentacuentos para niños, también políticos cuentacuentos, pero ellos de promesas, y otros que también cuentan realidades que son números, son profesionistas y son los contadores públicos. La profesión de contador, llena de habilidad y orden, ayuda a las empresas y contribuyentes a cumplir con las obligaciones fiscales con nuestro “socio” llamado gobierno. Ellos no solo se enfocan en los impuestos que pagan las empresas y las personas físicas, sino cada vez más, a medir los activos tangibles y ahora los intangibles de las empresas. Tienen ellos ahora un enfoque estratégico para ayudar a tomar decisiones y ver al futuro y no solo al pasado reciente.
La contaduría pública es el arte, la ciencia de llevar la contabilidad de las organizaciones, es una profesión con tradición. La contaduría pública es la profesión -que si bien en el País se ha estacionado en la matrícula universitaria y en la creación de fuentes de empleo- que de acuerdo a datos de la SEP y de la STYPS respectivamente, tiene un enorme prestigio en nuestra sociedad. Se ofrece en 8 universidades y tiene una matrícula de alrededor de 1,800 estudiantes y miles de profesionistas en la ciudad.
Su mesa directiva es resultado de elecciones democráticas y ahora preside la CP Paty Bueno. Tienen una bien instalada casa allí junto al Club Punto Verde, donde he disfrutado de sus nutridas reuniones y de su entusiasmo por actualizarse. Los muy estimados contadores tienen un perfil de orden y estructura, de lógica y de normas, de puntualidad y exigencia. Allí imparten conferencias, diplomados y talleres en temas fiscales, financieros, legales y administrativos a público en general. A mí me ha tocado dar tópicos sobre estrategia de empresas, activos intangibles, entorno económico y recientemente, sobre medio ambiente y la realidad de la orfandad.
En los últimos años, los contadores públicos han hecho énfasis en los aspectos éticos y de responsabilidad social de su profesión, toda vez que nuestra economía está llena de empresas con gente mala y por ello, los contadores públicos formulan protocolos para asesorar solo a empresas nobles y reales, resultado del trabajo honrado. Se requiere enamorarse de esa actividad para estudiarla, titularse y así gozar al ejercerla. Los contadores requieren esa enorme actualización profesional por los cambios en las leyes. Requeridos por las empresas para enfrentar las contingencias fiscales y para que la empresa funcione bien, una de las 10 profesiones de mayor tradición en nuestro México querido.
Celebraron esta semana el congreso de la región centro occidente, con los colegios de 9 estados de la región y se reunieron cientos de ellos para actualizarse a través de conferencias y convivir con eventos culturales y sociales.
Agradezco las atenciones que han tenido con Ciudad del Niño Don Bosco AC, pues el Comité de Damas ya nos visitó y ahora el colegio decidió organizar una tómbola de regalos a beneficio de los internados salesianos.
Por eso, el agradecimiento a los contadores que dejan esta huella en la sociedad, ayudando a instituciones. Me uno a la celebración el día 25 de mayo, en que en todo el País se felicita a quienes saben contar números y nos ayudan a estar en regla con los impuestos.
