Por favor, no vayan a creer, amigos lectores, que de alguna manera nos burlamos de la reversa que se echó el “Cuauhtémoc” contra el Brooklyn Bridge, y menos cuando el saldo humano es tan trágico: dos muertos y una veintena de heridos, dos de ellos en Estados Unidos recibiendo atención médica.

Cuán curiosa e interesante es la vida: este barco fue construido en España, en los Astilleros Celaya de Bilbao en 1981, en los años en que México y España eran hermanos, antes de la carta de reclamo de la esposa del cacique empalencado, Beatriz Gutiérrez Müller, quien ahora -con su esposo debidamente depositado donde debe estar- ha solicitado la ciudadanía española.

No sorprende la hipocresía de la 4T, sino su descaro.

Pero no, el tema no es la tragedia del “Cuauhtémoc”, sino la tragedia de México entero, misma que se deriva de un interesantísimo estudio de una muy prestigiada institución bancaria internacional, ésta el Scotiabank, de Canadá. El estudio -y aquí permítannos parafrasear- básicamente plantea una interrogante que arrastra una pesada ancla: ¿cómo le hará México para aprovechar el “nearshoring”?

La pregunta no es retórica, es estadística y económica. ¿Cómo le va a hacer si existe un déficit en la producción de energía que nos retrasa 40 años? Para decirlo de otra manera: no vamos a contar con la energía eléctrica que necesitaremos si crecemos.
Hace notar el estudio que en este Gobierno, y en el pasado, se le metió reversa a la reforma energética que permitía la inversión privada para producir electricidad. O sea, vamos al revés de como deberíamos ir. 

Otro punto importante que plantea el estudio es la escasez de capital humano calificado.

Con la CNTE en huelga y clases suspendidas en varios Estados del sureste, nuestra niñez no está recibiendo la educación que la competencia global exige. De tal suerte que aunque se instalen aquí plantas para aprovechar nuestra cercanía y tratados comerciales con Estados Unidos, no encontrarán en el “pool” de mano de obra mexicana la gente que necesitarán.

Otros temas importantes que estorban el aprovechamiento del nearshoring son la escasez de agua y la inseguridad.

Esto, mientras los cárteles sean los amos en México, controlen aduanas, combustibles (huachicoleo), se dediquen a la extorsión, secuestro y dominio de mercados negros, debilitando el Estado de Derecho para generar la impunidad bajo la cual se desempeñan.

En cuanto al agua, fuera de vaciar nuestras presas del noreste para saldar débitos refrendados por el cacique del rancho con pintoresco nombre, poco o nada se está haciendo. Asentando lo obvio, las presas dependen de las lluvias, de manera que en periodos de sequía su aportación es marginal.

México necesita fuentes de suministro constantes para evitar una catástrofe en la que la falta de agua obligue a decisiones draconianas que perjudicarían a dos tercios de la población, ya que no hay más que de tres sopas: consumo humano, consumo industrial o consumo agrícola. Si no alcanza el agua para los tres, ¿a cuál sacrifican?

Los saudíes, qataríes, kuwaitíes y otros han avanzado tanto en la inversión como en la tecnología de la desalinización . Grandes ciudades del Medio Oriente, como Dubai, por ejemplo, no carecen de agua, pese a estar ubicadas sobre arena en un desierto en el que llueve un día al año. El Gobierno mexicano, a través de Conagua, debería estar invirtiendo en estas tecnologías y no tirando el dinero en pentontadas como Dos Bocas, el AIFA, el Trenecito Maya o la nueva “Mexicana”. Podemos vivir sin esos elefantes blancos, que más que eso, califican como mamuts albinos, pero jamás podremos vivir ¡Y menos prosperar! sin agua, abundante y suficiente.

Sí, claro, desalinizar agua es caro, pero más lo sería para México quedarse sin ella. Adicionalmente, nuestro Gobierno requiere hacer más para descontaminar nuestros ríos: en ellos tenemos mucha agua, pero no toda es potable.

Combatir la contaminación en todas sus formas, en nuestros cielos, afluentes y suelos, debería ser prioridad para un Gobierno que encabeza nada más y nada menos que una doctora en temas de medio ambiente.

Sin atacar de lleno los problemas que impiden nuestro crecimiento y desarrollo no hay futuro, punto.

HLL

 

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