La Felicidad… eso que todos buscamos, pero pocas veces sentimos conseguir… eso por lo que todos vivimos y trabajamos.

Hay muchas frases sobre la Felicidad: 

  • Aristóteles: “La felicidad consiste en unir sabiamente la virtud, la contemplación y los bienes exteriores”. 
  • Séneca: “La verdadera felicidad no consiste en tenerlo todo, sino en no desear nada”. 
  • Epicuro: “La felicidad sólo puede ser hallada en el interior”. 
  • Sócrates: “El secreto de la felicidad no se encuentra en la búsqueda de más, sino en el desarrollo de la capacidad para disfrutar de menos”. 
  • Mahatma Gandhi: “La felicidad es cuando lo que piensas, lo que dices y lo que haces están en armonía”. 
  • Thich Nhat Hanh: “No hay un camino a la felicidad: la felicidad es el camino”. 
  • Jean-Paul Sartre: “La felicidad no es hacer lo que uno quiere, sino querer lo que uno hace”.

Y podría seguir hasta llenar varias páginas, pero, ¿qué es realmente la Felicidad y por qué nos cuesta tanto trabajo creer o sentir que la conseguimos?.

Creo que es porque la idealizamos… o porque la perseguimos o procuramos tanto que no nos damos cuenta de cuándo o cómo la logramos.  Porque creo que al final, como muchos sabios dicen, y tratando de compartir mi experiencia personal, no está afuera, en el exterior (aunque pueda depender, en parte, de personas, sucesos y bienes materiales) sino en nuestra capacidad interior de darnos cuenta que la hemos realizado… en nuestra capacidad de tomarnos un respiro (literal) y darnos permiso de sentirla… de percibirnos satisfechos y gozosos por aquello que tanto soñamos y que por fin, alcanzamos… porque pienso que muchas veces no nos damos cuenta que ya estamos en nuestra “zona feliz” porque seguimos con la prisa, la lucha y traqueteo de la vida diaria. 

Opino que también depende aunque sea en  parte, de bajarle un poco a nuestras expectativas, no imaginarnos ni creer que para lograrla, TODO, absolutamente todo tiene que ser perfecto… lamento decirle, estimado lector, que eso no existe o es demasiado difícil de lograr, así que creo que es mejor dejar de esperarlo o desearlo.  Hay también, a mi parecer, que dejar de creer en las fotos e historias de Facebook y de Instagram, o hasta de las películas, en las que nos muestran que sì estás en la Conchinchina, en el paisaje de sueño, acompañada de alguien, con tal coche, con un vestido x, tomando no sé qué, vas a lograr “la” Felicidad… porque, aparte, nos muestran como si solo existiera ése tipo de Felicidad… también es falso, hay tantos tipos de Felicidad como seres humanos existimos… como tantos sueños se puedan lograr…

La Felicidad está ahí, cerquita de nosotros, en las cosas más sencillas… en el abrazo del ser querido, en despertar junto a él… en reunirse con la familia… en el nieto corriendo hacia ti… en tomar un café… en admirar un árbol… en tener salud… en poder respirar sin esfuerzo… en estar vivos…

Y ya para terminar, otras frases: 

“La felicidad siempre viaja de incógnito.  Solo después de que ha pasado, sabemos de ella”  Anónimo. 

“La felicidad no avisa cuando está sucediendo”  Chumel Torres (¡ja, ja! Lo dijo ayer, y me pareció que iba con mi artículo).

“El fin supremo del hombre es la Felicidad … y depende de nosotros mismos” Aristóteles. 

     ¡Pues a ser felices!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *