“Accesible. Activismo. Acción afirmativa. Barrera. Sesgo. Negro. Inclusión. LGBTQ. Biológicamente masculino (o femenino). Grupos clave. Injusticia. Inequidad. Marginalizados. Salud mental. Minorías. Multicultural. Americanos nativos. Mx. Orientación. Represivo. Polarización. Contaminación. Personas embarazadas. Prejuicio. Discriminación. Privilegios. Pronombres. Raza. Comunidades diversas. Segregación. Sexo. Preferencia sexual. Justicia social. Estrato socioeconómico. Feminismo. Golfo de México. Víctima. Poblaciones vulnerables. Minoría hispana. Exclusión. Trauma. Estereotipos. Privilegio”.
Apenas una probadita de los cientos de palabras que diversas agencias federales estadounidenses han prohibido (o limitado su uso) en la lucha del Sr. Naranja contra el wokismo, según un reportaje del New York Times.
Y es cierto, el wokismo nos tiene ahogados en muchas cosas.
En sus orígenes, lo woke pretendía ser un despertar (awake, en inglés) al racismo y la desigualdad prevalentes en Estados Unidos. Pero el término se ha contaminado y hoy se traduce en ladrarle a todo y a todos.
Vivimos en una era donde se cancela todo ante la más mínima señal de impropiedad. Ya no se puede opinar de nada porque cualquier cosa puede herir susceptibilidades.
Pero Trump lleva la lucha contra lo woke a extremos ridículos.
Sin embargo, hoy voy a otra cosa.
Quiero proponer algunos términos, cosas y actitudes que SÍ deberían prohibirse en la política, los negocios y la vida.
Política, queda prohibido:
* Hablar sin saber.
* Hacer sin saber (mucho peor).
* Ordenar sin escuchar.
* Alejar a los expertos.
* Buscar obra para que $obre.
* Terquedad idiota.
* Adoctrinar en lugar de educar.
* Usar la soberanía para defender ideologías.
* Reformas perjudiciales.
* Cancelar el aspiracionismo como palanca de mejora.
* Rodearse de puro porrista.
* Aporrear al débil.
* Defender a los pobres promoviendo la pobreza.
* Atacar al que genera empleo.
* Consentir a una Pemex gorda que no da ningún resultado.
* Privilegiar a una CFE que no puede sola.
* Confundir apoyos sociales con bienestar y desarrollo sostenible.
* Defender lo indefendible.
* Atacar al que piensa distinto.
* Dilapidar el presupuesto en obras faraónicas.
Negocios, queda prohibido:
* Que sólo truenen los chicharrones del jefe.
* Rodearse de enanos.
* Privilegiar armonía sobre creatividad.
* Satanizar al que falla “bien” (temprano, aprendiendo y sin arriesgar a toda la organización).
* Parálisis por análisis.
* Actuar como el “Borras”, al “ahí se va”.
* Privilegiar a la vaca lechera sin crecer nuevos becerros.
* Ignorar a la competencia.
* Atender mal al cliente, tu jefe supremo.
* Ignorar los avances tecnológicos.
* Aterrorizar a subordinados con puro grito.
* Redoblar apuestas perdedoras.
* Grilla destructiva.
* Diálogo de sordos.
* Negociar para humillar.
VIDA, queda prohibido:
* Quejarse de todo.
* Comer y beber sin ejercitarse.
*Gastar sin control (más de lo que tienes).
* Ladrar todo el tiempo.
* Olvidar lo bueno y concentrarse en lo malo.
* Vivir sólo para trabajar.
* Concentrarse en el destino sin disfrutar el trayecto.
* Padres que no son padres de sus hijos.
* Privilegiar pantallas sobre el mundo real.
* Viajar solo cuando se puede viajar acompañado.
Prohibir por prohibir siempre será mala idea.
Pero si lo vas a prohibir, por lo menos que sea en las cosas correctas.
¿No crees?
En pocas palabras
“La prohibición sazona los manjares”.
Michel de Montaigne, filósofo y político francés.
@jorgemelendez
