El 70 por ciento de las y los mexicanos estamos conectados a las redes sociales (cifra de 2024, DataReportal); nos metemos a una jungla cuya exuberancia oculta riesgos enormes para la salud mental y física.
Ingerimos involuntariamente información falsa (o no verificada) sobre personas e instituciones. Lo ejemplifico con mensajes recientes difundidos en X por dos de las cuentas estelares de la constelación de Morena: @ChicShion y @Jime2002_ (Jimenita). Son cuentas que escupen insultos a los críticos del partido mayoritario. La disputa por la Suprema Corte las está metiendo a un canibalismo que expongo a continuación.
Para ChicShion el “adanismo” (dícese de los devotos de Adán Augusto López) es “corrupto y siniestro” porque manipula a los “chayotubers y tuiteros adanos”. Para Jimenita, esa malvada corriente “impulsa a Yasmín Esquivel”, la cual, dice, se alió con “otros ministros para proteger a RS [Ricardo Salinas] y evitar pagar lo que debe al Edo”. Sin embargo, ni ChicShion ni Jimenita dan razones o evidencias de lo que aseveran, con lo cual, empobrecen un debate público necesario porque, según algunas encuestas, Esquivel será la próxima ¡presidenta de la SC!
Desde otra óptica, el ciberespacio está plagado de criminales. Algunos utilizan la red para reclutar jóvenes sicarios o para captar a las jovencitas que explotarán en burdeles. Otros se dedican a asaltar a usuarios de servicios financieros indefensos mientras crecen aceleradamente las extorsiones en línea, delito silencioso que se lleva el primer lugar en el campeonato de impunidad: su cifra negra es de 96.4%, cuando la media es de un 92.9% (estimaciones del INEGI de 2024). Dicha cifra -aclaro- incluye los delitos que ni son denunciados ni tienen carpeta de investigación.
En el sexenio en curso, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) está dejando atrás la desidia del sexenio anterior. Ya está atacando la presencia criminal en redes y ha dado de baja un centenar de cuentas ligadas al crimen organizado. Después del elogio me permito un señalamiento crítico: no hay evidencia de que estén persiguiendo a los chayoteros que por dinero difaman hasta el Día de las Madres. ¿Por qué?
Una posible clave me la ofreció Alberto Escorcia, periodista mexicano radicado en Europa al que Suecia concedió asilo. Aunque los detalles de su relato están pendientes de verificación, con su información pude armar una hipótesis de trabajo sobre la génesis del gigantesco negocio de la difamación y las falsas verdades. La más reciente máquina de odio fue creada por la derecha calderonista, a ella se sumaron muy pronto corrientes de la izquierda, del priismo y de las grandes empresas.
El crecimiento exponencial es observable y medible a partir de 2019 cuando llegaron los youtuberos a acampar en las mañaneras presidenciales; se hacen acompañar, desde las sombras, de cuentas como las mencionadas anteriormente. Los reportajes difundidos por Aristegui Noticias nos permitirán documentar la participación de las grandes empresas.
Las grandes empresas tecnológicas también son protagonistas. Salvo TikTok, todas son propiedad de estadounidenses enriquecidos a niveles sin precedentes. En 1987 la revista Forbes empezó a publicar la lista de los más ricos del mundo. En 2025 los tres primeros lugares son ocupados por dueños de tecnológicas: Elon Musk (X) tendría 342 mil millones de dólares (mmd), Mark Zuckerberg (Meta) 216 mmd y Jeff Bezos (Amazon) 215 mmd. Parte de esa riqueza viene de quienes nos roban y asesinan.
Lo anterior se enmarca en un desorden planetario con múltiples causas. En una columna para El País Daniel Innerarity menciona las dos principales. Una es la habitual convivencia de “lo arcaico y lo moderno” en la historia humana, otra novedosa es la coexistencia en el mundo criminal de la “brutalidad política [con] una tecnología sofisticada” (30 de abril de 2025).
Falta mucho para entender el significado que está teniendo la revolución digital. Hay aspectos positivos, sin duda alguna, pero también amenazas que debemos comprender. En este terreno, es digno de mención que la Unión Europea se ha puesto a la vanguardia y está intentando controlar los abusos a los usuarios de las grandes tecnológicas.
En México el reto es bastante mayor porque los poderosos cárteles son los leones de la jungla digital.
Colaboró Giselle Delgadillo.
@sergioaguayo
