El número de abril de la revista “Physics Today” de este año, publicada por la Sociedad Norteamericana de Física contiene un interesante artículo titulado “Demythologizing quantum history”, una muy forzada traducción al español de esto sería: “Desmitologizando la historia de la teoría cuántica”.
En este artículo se argumenta en contra de la mitología hacia algunos “héroes” de dicha teoría, subrayando por el contrario el esfuerzo colectivo que esta teoría implicó. Algunos puntos de interés se originan con la discusión sobre el inicio de esta teoría ¿cuándo se puede afirmar con certeza que esta teoría comienza? Se muestra que no hay una respuesta obvia a esta pregunta y que en realidad pueden darse varias respuestas.
La historia estándar de esta teoría (o el “cuento de hadas” comúnmente aceptado, como sería llamado por algunos historiadores y filósofos de la ciencia) inicia con la propuesta cuántica de Max Planck al encontrar la expresión matemática para el espectro de emisión que describe la radiación de cuerpo negro, o, dicho más claramente, la radiación emitida por un objeto al ser calentado.
De allí, siguiendo esta narrativa, normalmente se pasa a la solución encontrada por Albert Einstein del efecto fotoeléctrico y a la solución dada por Niels Bohr al espectro de emisión del átomo de hidrógeno. Es hasta 1924 y 1925 en que Erwin Schrodinger y Werner Heisenberg plantean ecuaciones que permiten describir los fenómenos cuánticos. Posteriormente se muestra que estos planteamientos son equivalentes.
De ahí en adelante se tiene descripción de fenómenos cuánticos particulares, incluyendo los fenómenos relativistas descritos por la ecuación de Dirac y el desarrollo de la electrodinámica cuántica y la teoría cuántica de campos, así como la importantísima química cuántica.
Por cierto, la expresión “mecánica cuántica” fue usada primeramente en alemán “Quantenmechanik” por un grupo de físicos incluyendo a Max Born, Werner Heisenberg y Wolfgang Pauli en la Universidad de Göttingen alrededor de 1920, y fue usada por vez primera en un artículo de Max Born publicado en 1925 titulado “Zur Quantenmechanik”.