Primero la buena noticia: la inflación se redujo al 3.67% anual según los datos de la primera quincena de marzo publicados por el INEGI. El Banco de México va por buen camino en su meta de estabilizar los precios y llegar a menos del 3% anual. Lo ha logrado con el sudor del mercado porque las tasas de ahorro pagan entre el 6% y el 8% de interés real. Hoy la tasa de referencia del Banxico es del 9.5%, cifra que bajará en los próximos días al 9%. 

La mala noticia es redonda como una O. El país se estanca en los dos últimos meses y no crece. La baja en la inflación puede ser por una demanda de productos y servicios más débil de lo que la Secretaría de Hacienda presupuestó. Mientras los planes eran de crecer por arriba del 2% en 2025, cuando menos, ahora los pronósticos son menores, incluso hay quienes vaticinan que en este año y el que viene, el país se va a estancar. 

Todo depende de lo que se le ocurra a Donald Trump en estos días. Si impone aranceles generalizados a México, si pone trabas a la fabricación de autos y autopartes en el país, la vamos a pasar mal. 

En 2024 crecimos sólo por la enorme cantidad de dinero que pidió el gobierno para gastarlo antes de las elecciones. El déficit público se disparó y ahora la nueva administración tiene que reducirlo si quiere mantener la buena calificación de nuestra deuda pública. 

El país tiene que crecer a como dé lugar; una recesión prolongada produce desempleo y limita la inversión. Se crea un círculo vicioso del que se puede tardar una década en salir adelante. Eso no lo aguantaría ni Morena. 

Si recurrimos a la historia, los peores años en crecimiento económico no fueron los de la “docena trágica” de Luis Echeverría y de José López Portillo. Echeverría “se gastó los ahorros de abuelita”, según decía Don Antonio Ortiz Mena, el mago del crecimiento de los sesenta. López Portillo se emborrachó con petróleo y gastó los ingresos del oro negro como si no hubiera mañana. 

Miguel de la Madrid vino a pagar el pato. El déficit al finalizar 1982 llegó al 16% del PIB con devaluación galopante y una enorme inflación. De la Madrid no logró que el país creciera y el PRI ganó por la fuerza la elección de 1988. Carlos Salinas de Gortari trajo gran confianza en la inversión y tuvo la genial idea del TLC, algo que criticaba la izquierda de Porfirio Muñoz Ledo y la derecha del PAN. 

Los números son fáciles: desde que terminó el sexenio de Salinas no hemos crecido por encima del 4% anual. Hubo años relámpago como el 2000, cuando crecimos al 7% o rebotes de recesiones profundas como el 2010 y el 2021. 

La presidenta Claudia Sheinbaum recibe un país en neutral, sin buen impulso pero con la ventaja de un banco central autónomo, sabe que para crecer se necesita inversión y más inversión. También sabemos que el gobierno gastó muchos ahorros en proyectos que siguen consumiendo ahorros de años. 

La solución vendría del “nearshoring” pero eso está en el aire, dependemos como nunca de Estados Unidos. Esta semana conoceremos cuál será la decisión de Trump y también cómo prepara su estrategia el gobierno mexicano para defendernos de una caída mayor. 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *