No sé de qué otra forma nombrar el haber encontrado hornos crematorios en Jalisco y Tamaulipas. Es una gran tragedia, parecida a la que se vivió en Auschwitz y en los campos de concentración de Europa durante la Segunda Guerra Mundial… 1945… solo que 80 años después… 

     Te deja realmente en shock, ver esos cientos de zapatos, mochilas, chamarras, ropa, cosas de aseo personal, credenciales de elector, cuadernos, cartas de amor, de queja, de despedida… y darte cuenta que pertenecieron a otro ser humano, como tú y como yo… hijo, hermano, madre o padre de alguien.

     Es de no creerse ver que en septiembre del año pasado, en ese mismo rancho de Izaguirre, la Guardia Nacional, detuvo a diez personas, rescató a dos secuestrados y encontró un cadáver.  Y en lugar de revisar bien el lugar y tenerlo resguardado, lo dejaron libre para que el CO lo volviera a ocupar. 

     Es de no creerse que los que descubrieron esto, no son las autoridades ni la policía investigadora, sino un grupo de buscadores de personas desaparecidas, Guerreros Buscadores de Jalisco, quienes  habían recibido varias llamadas con información de que ahí había  un campo de exterminio y de adiestramiento forzado, pero que no pudieron ir antes por falta de recursos para conseguir un medio de transporte y llegar ahí, queda a 60 kilómetros de Guadalajara. 

     Hay varias pruebas y terribles testimonios de algunos sobrevivientes, de que ahí se forzaban a la gente a adiestrarse como sicarios, y que si no resistían las “pruebas” te mataban o hacían que otro compañero lo hiciera… 

     Desde julio del año pasado, ese mismo grupo de buscadores, había denunciado que había desapariciones extrañas de jóvenes que llegaban a las centrales camioneras de Zapopan y Tlaquepaque y ése era el último lugar desde donde mandaban sus ubicaciones.  Venían con la promesa de emplearse en trabajos diversos, y prometían pagarles entre $4,000 y $5,000 a la semana… ese era el gancho maldito.  El usar la necesidad de nuestros jóvenes y no tan jóvenes (uno de los testimonios habla de un señor de 70 años) y sus deseos de superarse y/o mantener a sus familias, ¡es una infamia!.  Aunque también entraría la reflexión que podemos ayudar los padres y tíos a decirles a nuestros jóvenes:  “¿Cómo o por qué te van a pagar tanto si solo tienes secundaria o preparatoria? ¿O solo vas a ser velador en un rancho? ”.  Como diría el dicho: “Cuando la limosna es mucha, ¡hasta el santo desconfía!”. 

     Parece ser, por unas fotografías y testimonios, que allí pudieron haber estado, tristemente, los muchachos que desaparecieron de Lagos de Moreno.  Y lo más grave es que esto se repite en Reynosa, Tamaulipas… ¡y ahora aparecieron unos en Veracruz!. 

     ¡Dios! ¿Qué hicimos tan mal para estar viviendo esto?  ¿En qué momento perdimos el valor de la vida y la dignidad humana? ¿En qué momento escogimos autoridades que parecen más interesadas en echarse la culpa que en resolver la situación?. 

     De verdad, esto es una tragedia de enorme magnitud y consecuencias, que debería tener a TODOS nuestros niveles de Gobierno buscando soluciones inmediatas… y a TODA nuestra sociedad clamando por justicia y solidarizándose con las víctimas y sus familiares.  Por lo pronto hubo unas marchas con veladoras y oraciones para unirse ante esta gran catástrofe.  

     Y tú, estimado lector, ¿qué sugieres, qué te llama tu conciencia a hacer ante esto?.  Lo único que sé es que no nos podemos quedar de brazos cruzados… la tragedia está cada vez más cerca, y el próximo podríamos ser tú, yo o alguien de los que amamos… 

San Miguel Allende, Gto., a 15 de marzo del 2025.

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