Vivimos el mundo del presente perpetuo, de lo inmediato, sin apenas memoria del pasado ni proyecto de futuro. El mundo del síndrome FOMO (fear of mising out), de la uberización de la vida, de la mercantilización generalizada, donde todos los espacios se han vuelto trabajo. 

Amador Fernández-Savater conjunta en su Capitalismo libidinal (Ned, 2024), el diagnóstico y algunos remedios para hacer frente a los desafíos en los que estamos inmersos. Esta variante del capitalismo apela al deseo, a la seducción mercantil que nos hizo transitar de la obediencia y el conformismo de su versión anterior, a la obligación de autosuperación del tú puedes que tipifica Han en su Sociedad del cansancio.

El capitalismo libidinal se sostiene… sobre una producción de escasez objetiva y subjetiva: precariedad y endeudamiento, voracidad e impaciencia. ¿Cómo escapar? Solo puede hacerse mediante la creación, a la vez personal y colectiva, de una abundancia también objetiva y subjetiva: de vínculos, de afectos, de tiempo, de cuidados, de disfrute.

Un libro escrito desde la izquierda para ayudarnos a repensar nuestro entorno mientras nuevas formas del fascismo retoman el mando de grandes potencias y cuando desde la derecha misma se busca dinamitar la institucionalidad y las conquistas de los estados de bienestar. Gracias a un gentil préstamo de Leticia Ochoa, incombustible activista ecológica, llegó a mí esta colección de textos, aparecidos en diversos medios y compilados por Fernández-Savater, aderezado además con entrevistas a intelectuales como Achille Mbembe, Franco Berardi, Christian Laval y Pierre Dardot, entre otros. 

Libro de necesaria lectura y obligatoria reflexión.

 

Treno por Aleqs Garrigóz

 

Hace apenas un par de semana, en este espacio comentaba Brevedad (Guía 581, Tachas 612) de Aleqs Garrigóz, la noticia de su muerte nos sorprendió a todos. Polémico, insolente en su poesía, colaboró de forma regular en los diarios del estado donde realizó un periodismo cultural muy necesario; además de contribuir con una cantidad nada despreciable de contraportadas de ediciones La Rana. Lamento su pérdida a los 38 años recién cumplidos. Me uno a las expresiones de dolor por parte de quienes los conocimos y apreciamos con este texto tomado de su primer poemario Abyecciones, publicado originalmente en 2003, y reimpreso hace un par de años con motivo de su veinte aniversario.

 

Yo no tengo la culpa

 

Yo no tengo la culpa de ser pobre,

de no tener un futuro socialmente 

insertado, 

de ser joven y suicida,

de que mi familia esté desintegrada,

de carecer de trabajo remunerado;

 

de ser fósil el bachillerato

de que la vida sea una pesadilla,

de sentir miedo cada vez que salgo de casa.

 

Yo no tengo culpa de la guerra,

de la crisis bancaria de la nación,

de ser casi un niño de la calle.

 

No. Yo no tengo culpa de haber nacido.

 

Por eso, 

–que te quede muy pero muy claro:

por Dios espero que lo hagas-

cuando mienta diciendo que tengo talento

y que soy un artista incomprendido…

créelo.

 

En serio.

 

Por favor, si quieres…

¡Pero créelo!

 

Aleqs Garrigóz S.T.T.L.

 

Comentarios a mi correo electrónico: [email protected]

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