La semana pasada se llevó a cabo la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, y León fue protagonista de una gran marcha de mujeres, quienes se unieron para manifestar, protestar y exigir, entre muchas cosas, la igualdad de género, la protección y la justicia ante los abusos y violencia contra ellas, así como mayores oportunidades en todos los aspectos de su vida diaria.
Como en otros años, la marcha salió del Arco de la Calzada y llegó hasta la Plaza Principal de nuestro municipio. La mayoría de las mujeres que asistieron lo hicieron de forma pacífica, exaltando muy válidas demandas y consignas mediante carteles, gritos y muchas otras formas de expresión, de hecho, mis hijas han participado en esas manifestaciones.
Como ya ha venido sucediendo, desde el comienzo y a lo largo del trayecto, hubo mujeres que protestaron mediante grafitis a edificios públicos, concluyendo con una concentración en la plaza principal que terminó con pintas, daños a vidrios e incendio a la puerta de la presidencia municipal.
Hay quienes se preguntan en dónde está la autoridad municipal para garantizar que el libre derecho que tienen las mujeres para manifestarse, tenga su límite en el cumplimiento de la ley y en el respeto a los bienes públicos. Pero también hay quien considera que ante la situación que han vivido y viven muchas mujeres todavía, los daños a edificios o instalaciones públicas son menores ante la deuda histórica que se tiene con ellas.
El 23 de agosto de 2020, la Policía de León arrestó a más de 20 mujeres que participaban en una protesta por la agresión sexual que sufrió una joven días antes a manos de policías municipales. Las jóvenes fueron detenidas al estar haciendo pintas en las calles y a una caseta de policía en la Plaza Expiatorio, lo que provocó su captura con un desproporcionado uso de la fuerza que agredió y violentó los derechos humanos de las jóvenes, originando que la Procuraduría de los Derechos Humanos de Guanajuato hiciera una recomendación al Ayuntamiento de nuestra ciudad para reparar el daño de manera integral. El proceso terminó tres años después, el 29 de septiembre de 2023 cuando las autoridades municipales encabezadas por la alcaldesa Alejandra Gutiérrez Campos, pidieron disculpas públicas a las víctimas de la represión en la misma plaza donde fueron agredidas.
Después de ese acontecimiento las autoridades municipales han optado por evitar medidas represivas o incluso disuasivas en cualquier manifestación de mujeres, y solo aplica medidas preventivas básicas como cerrar las calles y proporcionar servicios médicos. De hecho, algunos edificios públicos la única protección que cuentan es la que proporcionan algunos ciudadanos, como es el caso de la Catedral de León.
El Gobierno de León tiene la obligación de permitir la libre protesta y ha tomado la decisión de recibir los reclamos de las jóvenes y asumir los costos de la reparación de los edificios y bienes públicos. En estas marchas puede haber intentos desestabilizadores, pero la cuestión es si alguien se atreve a juzgar a una mujer por hacer este tipo de manifestaciones si detrás de ellas hay familiares o amigas que han sido agredidas, violentadas, o que están desaparecidas o que ya no están.
Para muchos esto puede ser un signo de debilidad, y para otros puede ser un acto de tolerancia en aras de mantener el orden público. En el contexto que vivimos en nuestro país, estado y municipio, en donde la violencia en general todavía se ve lejos de controlarse, la intensidad de las protestas seguirá vigente; solo la garantía de igualdad de género y oportunidades, de justicia, de paz y seguridad en las calles y hogares, logrará una disminución de las manifestaciones.
RAA
