La literatura universal de todas las épocas y de todos los lugares contiene descripciones de personajes que “mueren de amor”. Una cosa es la ficción y otra cosa es la realidad. ¿Puede realmente una persona morir de amor? La respuesta es afirmativa y el nombre técnico de esto es “síndrome Takotsubo”.

Un artículo reciente publicado por la Revista de Universidades Americanas de Cardiología discute este tema (ver: P.S. Rahko. “Takotsubo cardiomyopathy: New insights into long-term outcomes”, Journal of the American College of Cardiology. Vol. 84, September 24, 2024, p. 1175). 

A pesar de que la muerte debida a un corazón roto es un tema de ficción bastante común, solo desde la década de 1960 se han documentado casos reales de esto. El Dr. Trisha Singh, cardiólogo de la Universidad de Dorset afirma que: “esto era típicamente descrito en relación a mujeres de mediana edad o mayores que han perdido a la persona amada y un día, o pocos días después morían de una falla cardíaca”.

Gracias a los avances en imagenología médica, actualmente los doctores pueden estudiar con más detalle qué es lo que ocurre con los pacientes que sufren este padecimiento, en muchos casos se ha encontrado que el ventrículo izquierdo (la cámara que bombea sangre oxigenada al cuerpo) se inflama y la forma que toma es parecida a la de una jarra que en Japón se usa para atrapar langostas y pulpos. En 1990, el cardiólogo Hikaru Sato del Hospital de la Ciudad de Hiroshima propuso el término “Takotsubo” para describir esta condición. La razón que causa esto aun es un misterio. 

Una hipótesis es que un evento traumático agudo puede producir enormes cantidades de hormonas generadas por estrés en el cerebro y otras glándulas y dado que el ventrículo izquierdo es particularmente rico en receptores de estos químicos, un flujo intenso y repentino puede causar que los músculos elásticos se suavicen haciendo que el corazón sea incapaz de proporcionar suficiente sangre al cuerpo.

El síndrome de Takotsubo es relativamente raro pues típicamente se encuentra solo un dos por ciento de la población que busca ayuda pensando que sufre un ataque al corazón. El problema con el síndrome de Takotsubo es que al examinar las arterias del paciente estas se muestran totalmente normales a pesar de que la capacidad cardiaca se ha reducido notablemente, de hecho, los pacientes que sufren este síndrome no muestran los factores de riesgo típicos de personas con problemas cardiacos. Esto último de hecho es una señal de la presencia de este síndrome.  

A pesar de que este síndrome tiene una vida muy corta típicamente no es fatal pues solo un cuatro por ciento de las personas que lo sufren mueren mientras que el setenta y cinco por ciento se recupera en diez días. De hecho, la mayoría de estos se encuentran en buenas condiciones después de solo 48 o 72 horas.

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