“Cuando adoras el poder, la compasión y la misericordia parecerán pecados”
Benjamín Cremer
Pastor Norteamericano
Por un momento imaginemos qué pasaría si Latinoamérica, Europa y China se reunieran en un conclave para enfrentar al forajido Donald Trump. Después de la rabieta que hizo ayer contra Colombia y su presidente Gustavo Petro; después de amenazar la semana pasada al Primer Ministro de Dinamarca con imponer tarifas si no le “venden” Groenlandia, todo puede suceder. Vemos una amenaza real para el mundo y los propios Estados Unidos, la de un hombre irracional que detenta el mayor poder.
Un personaje inestable que tiene en sus manos el botón atómico. ¿Qué pasaría -pensemos por un minuto- si hubiera una rebelión mundial ante su fanfarronería, sus amenazas ingenuas y su bullying contra todos? Los demócratas norteamericanos podrían apoyar a Latinoamérica y a la Unión Europea, a los millones de seres humanos que viven el terrorismo de un presidente enloquecido con sed de venganza.
Sería un tiro fuerte que pondría al mundo a temblar. Trump cree que su país es una isla rodeada de cocodrilos, que puede vivir independiente y someter a todos los demás con tarifas, reprimendas y cancelación de visas. Flaco favor le hace a la admiración tradicional que tenemos de ese país por sus libertades e instituciones.
No sabemos si el mundo pudiera vivir sin EE.UU, aún con grandes sacrificios, pero EE.UU se paralizaría sin el mundo. Además, las rabietas y amenazas de Trump tarde o temprano harán que su pueblo reflexione. Hay muchas razones: al enemistarse con todos, abre la puerta a China para que sea el vecino bueno y confiable, impide que la guerra de Ucrania se resuelva pronto y logra que veamos al POTUS como el verdadero terrorista mundial.
México debe jugar un papel proactivo y acordar los términos de la repatriación de nacionales, sean criminales o no. A Brasil enviaron deportados esposados en el avión y según reporta el The New York Times, ni siquiera les permitieron usar los baños. Una afrenta.
Gustavo Petro resiste el embate y responde que no “choca la mano con esclavistas” y advierte que aplicaría los mismos aranceles; el encontronazo, aunque duro para la economía de Colombia, ayudará a restablecer la popularidad del mandatario.
Medio millón de personas dependen del café y miles más de la producción y exportación de flores, minerales y petróleo. Colombia exporta unos 13 mil millones de dólares y EE.UU le vende más o menos lo mismo.
Si Trump persiste en su pataleta, rompería el tratado de libre comercio que tienen los dos países desde hace 12 años. Cancelar ese acuerdo enviaría la señal de que EE.UU no es un socio confiable.
Una recesión prolongada en Colombia tampoco conviene a Estados Unidos. El dinero es miedoso y hay muchas inversiones norteamericanas ahí. Lo más probable es que los ánimos fosfóricos de Trump se calmen, que Marco Rubio le haga entrar en razón y haya un acuerdo de repatriación.
El problema es el desequilibrio mental de Trump, que puede incendiar cualquier región del mundo con sus ocurrencias. Por lo pronto en nada le ayuda la presencia de su amigo Elon Musk con porras a partidos ultraderechistas en Alemania. No dudamos que pueda darse un boicot a sus autos Tesla producidos en ese país. Más pronto que tarde la bolsa de Nueva York tendrá descalabros.
Última hora. Media noche del domingo. Trump y Petro se entienden. Colombia recibirá a los deportados Trump cancela tarifas. ¡Vaya sainete!
