Se concretó esta semana, hasta el 20 de enero, cumpleaños de nuestra amada ciudad, la cuarta jornada del “Presupuesto Participativo”.
El “Presupuesto Participativo” es una estrategia en la que la gente vota sobre la asignación de recursos financieros municipales. Ale Gutiérrez, nuestra Alcaldesa, animó esta etapa innovadora en su estilo de gobernar: el proceso de consulta ciudadana. Ya encarrilado en este espacio, siempre presenté como un hecho, que presidiría los festejos del 450 aniversario de la ciudad por afirmar que sería reelecta.
El nivel de conocimiento de esta convocatoria ha crecido; alrededor del 1 de cada 4 ciudadanos la conoce, aunque la respuesta para la elección es todavía bajo y su desafío será que voten más de unos 100 mil o acercarse a un porcentaje del padrón electoral, quizá al 5% del total.
“Participa León 2025” tiene modalidades de votación presencial y en línea con un número de WhatsApp para facilitar aún más la participación remota. Votamos por más de 700 proyectos ciudadanos con obras por 230 millones de pesos y fuimos invitados el INE (Instituto Nacional Electoral) para acompañar el proceso que utiliza un instrumento de votación digital. Para la votación presencial se habilitaron urnas electrónicas, donde los ciudadanos presentaron su credencial de elector y un comprobante de domicilio para votar. El modelo de urna electrónica utilizado por el INE se ha usado para tener votaciones oportunas y confiables, con un alto nivel de aceptación y confianza entre la ciudadanía, además de ser segura y ecológica.
La democracia directa, esa que metió a la vida nacional el ex Presidente AMLO con el Mandato Revocatorio y ahora con la elección de jueces, está todavía circunscrita aquí a conocer las prioridades presupuestales del municipio. Es una actitud, con la que el Ayuntamiento, nuestros representantes populares, escuchan a la ciudadanía en su votación. En México, la cultura de participar en procesos democráticos tiene correlación con el nivel educativo; por ello, en los núcleos urbanos de las grandes ciudades, se da paulatinamente un número importante que acude a las convocatorias.
En esta edición votaron más de 60 mil vecinos de las 7 delegaciones, prefirieron: calles pavimentadas, parques, jardines e iluminación, emitiendo un total de 113,075 votos (la mitad presenciales y la otra por Whatsapp). Ojalá que en el futuro el gobierno municipal y el estatal incursionen en hacer consultas populares en temas críticos, como: aprobación de mega proyectos de construcción, estrategia para provisión de agua, concesiones de carreteras, propuestas de Fiscales y Procuradores, inversión pública para espectáculos o deporte, sondear nombres para espacios públicos como calles y bibliotecas; todo, en una manera diferente de tomar decisiones.
Esto permitiría -en una ciudad que alcanzará los 2 millones de habitantes mientras se acerca a la celebración de sus 450 años- que sea más democrática y participativa, en la medida en que las y los leoneses exijamos, nos comprometamos y votemos. Hoy, el Ayuntamiento, tiene una composición que refleja la pluralidad ideológica que tiene León, gracias a la migración de ciudadanos de otras latitudes, por seguir siendo nuestra ciudad un lugar atractivo para estudiar, trabajar y vivir.
Nos falta mucho, además, para “popularizar” los Consejos ciudadanos, formados siempre por los más ricos y con poder. La misma constitución de ellos, a propuesta realmente de las cámaras empresariales, complica que el pueblo haya podido en la historia, entrar a estos espacios. Esto mismo sucedió, por ejemplo, con el Comité de los festejos del 450 aniversario de la ciudad, formado por los que más tienen. Por eso, debemos enfrentar cantidad de desafíos democráticos que se pueden alcanzar si se encuentra la forma de que la ciudadanía sea involucrada.
La enorme brecha de desigualdad social que han medido el CONEVAL y el INEGI, que tiene como origen la pauperización de los salarios y que arroja a miles a la desesperanza y en el caso de muchos, a la delincuencia, tiene en la participación, un mecanismo cívico para definir la inversión social. Ahora toca “popularizar” más mecanismos para que las mayorías puedan participar y votar.
