¿Cuándo íbamos a imaginar que en menos de una década la industria automotriz sería otra muy distinta a la que se estableció en Guanajuato? Jamás pudimos prever que las marcas alemanas de mayor prestigio tendrían serios problemas o que las japonesas tuvieran que consolidar sus inversiones para competir con los chinos. 

Con la aceleración de la tecnología eléctrica, en los siguientes 5 años tendremos una velocidad de transformación duplicada. La industria automotriz china  hará obsoletos los VCI (vehículos de combustión interna), incluídos los híbridos y los híbridos conectables. Estaremos del lado de los fabricantes japoneses, europeos y norteamericanos. El mundo se dividirá. La alta productividad china hará que todas las empresas automotrices cambien. 

Honda, Nissan y Mitsubishi unen fuerzas para enfrentar el reto. Stelantis, la empresa que unió a Chrysler, Fiat y Peugeot, busca salir de la crisis con inversión conjunta en investigación y desarrollo. El reacomodo seguirá mientras BYD,  y otras marcas chinas, crecen alrededor del mundo. Son fuerzas económicas a las que no puede sustraerse Guanajuato. 

Hace 25 años, un estudio encabezado  por Eduardo Sojo Garza Aldape en el Tec de Monterrey,  planteó el futuro que hoy vivimos con una inversión extranjera en plantas automotrices. También advirtió que nuestro estado podría convertirse en un lugar ideal para el desarrollo de software y proyectos informáticos. Por desgracia nuestros gobernantes no ejecutaron las inversiones necesarias para atraer talento intelectual y lograr la conversión del Bajío en un hub informático. 

Cualquiera que sean los retos provenientes del exterior, podemos diversificar las oportunidades de crecimiento. León, por ejemplo, puede convertirse en un centro médico nacional, uno que pueda atraer incluso a extranjeros en el tratamiento de enfermedades crónicas o en procedimientos que en Estados Unidos pueden costar hasta 5 veces más de lo que se cobra aquí. 

Hay un ejemplo muy simpático en la frontera de Baja California con Estados Unidos. “Los Algodones”, un pequeño pueblo, adquirió el sobrenombre de “Molar City” o ciudad molar. Ahí llegan miles de norteamericanos para recibir tratamiento odontológico que costaría muchas veces más que en Estados Unidos. En 5  kilómetros cuadrados está la concentración más grande de odontólogos del mundo, entre 300 y 600 médicos, según información de la publicación “DentaVacation”. Los precios son una quinta parte de las clínicas de Los Ángeles. 

Los norteamericanos tienen un sistema de salud quebrado. Gastan el 18% de su ingreso en salud, justo el doble del promedio de los países desarrollados de la OCDE. ¿Podría ser México un proveedor calificado de salud para EE.UU?  Alguna vez planteó esa oportunidad Carlos Slim: si los vecinos gastan en salud tres veces más de lo que produce todo México, quiere decir que hay una gran oportunidad para atender ese mercado sin límites. Así como se pudo traer armadoras de autos, no estaría mal conseguir inversiones de clínicas norteamericanas y más escuelas de medicina privadas porque las públicas están saturadas. 

El envejecimiento de la población también es otra oportunidad. La Florida atrajo por su clima a los jubilados norteamericanos. Nosotros gozamos del mejor de los climas. San Miguel de Allende tiene la mejor economía del estado gracias al buen turismo y los norteamericanos que la habitan. 

El mundo de oportunidades debe abrirnos los ojos antes de que los cerremos por las dificultades inherentes a la época que viene. Expertos como Sojo, pueden alumbrar el camino para que Guanajuato crezca de nuevo. Hay que seguir explorando. 

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