“Tomá un personaje de Puccini, sacalo a la vida real y ese soy yo”.
Javier Milei
Una de las noticias más interesantes del 2024 fue el éxito de Javier Milei, el presidente libertario de Argentina. A finales del 2023 su país tenía una inflación del 25% mensual. Una locura. Los gobiernos peronistas imprimieron dinero sin respaldo desde el Banco Central para cubrir los faltantes. El déficit había llegado al 16% del PIB.
Todos los economistas de izquierda auguraban un desastre si llegaba Milei: habría mayor pobreza con los recortes; los sindicatos impedirían la buena marcha del país por los despidos; los “piqueteros” (grupos que cancelan la circulación para presionar al gobierno) tampoco dejarían que Milei avanzara.
En los dos primeros trimestres del 2024 Argentina sufrió. Subió la pobreza, bajó la economía, pero el gobierno, con grandes recortes, pudo equilibrar el presupuesto desde el inicio del año. La inflación cedió. Para junio, los especialistas pronosticaron una inflación del 9% y fue de la mitad. Para noviembre la cifra llegó al 2.4% y sigue bajando. El dólar libre se estabilizó y el controlado (el que administra el gobierno) llegó al 90% de su valor. Antes la diferencia era más del doble. Una total distorsión.
En el tercero y cuarto trimestres la economía comenzó a crecer. Milei asegura que han salido de la recesión (dos trimestres consecutivos de crecimiento) y esperan crecer el 5% en 2025. Los observadores internacionales no lo pueden creer: el riesgo país se redujo de más de 2000 puntos a 640. Seguirá bajando, al tiempo que llegan nuevas inversiones. Milei ofreció un acuerdo que no pueden rehusar: reducción de impuestos en grandes inversiones estratégicas durante 30 años.
Dividida Latinoamérica entre países gobernados por la izquierda y el ejemplo de Argentina, la narrativa va a cambiar. Chile, gobernado por un joven demócrata de izquierda, crece al ritmo del 2.5%; Brasil también estará en ese rango y México quedará atrás con el 1.3% (eso sin que Trump se ponga flamenco).
Milei tumbó centenares de regulaciones que habían puesto en camisa de fuerza la producción agrícola, la construcción de viviendas y la inversión en general. Surgía un agujero y lo tapaban con otro; en todo se metía el Estado; faltaba dinero e imprimían pesos. Una de las muestras populistas que quebraron a YPF (Yacimientos Petrolíferos Fiscales), fue el subsidio a los combustibles de hasta un 60% de su valor en el mercado internacional.
Lo sorprendente: instituciones privadas y públicas reconocen que la pobreza se redujo por la reducción de la inflación. Con el apretón subió del 41.7% en diciembre del 2023 al 51% en junio. Se espera que el año termine en el 39% y siga bajando el año que viene con el equilibrio fiscal.
El copetudo y mercurial presidente quiere seguir recortando regulaciones. En la mira dice tener más de 3 mil leyes que estorban a las libertades, sobre todo las de emprender. También promete acabar con el “cepo” e igualar el dólar libre al del gobierno.
Otro logro fue disminuir la criminalidad y desterrar a los piqueteros de las calles de Buenos Aires. Le falta una batalla con los trabajadores de Aerolíneas Argentinas, a quienes les dice que su gobierno no seguirá tirando dinero de los contribuyentes en esa empresa quebrada.
Avizoramos que un “milagro” argentino pegará duro a la narrativa populista de otros países, incluido el nuestro.
¡Feliz año nuevo y un abrazo de gratitud por seguir estas líneas! Que el 2025 sea de paz y prosperidad para todos.
