Las predicciones para México del 2025 son las más difíciles en muchos años por el factor Donald Trump. Nuestro destino, aunque no lo queramos, depende de qué tanto cumpla sus promesas de campaña. Nadie sabe si enviará de regreso a miles, cientos de miles o millones de mexicanos indocumentados. Tiene el poder para hacerlo y las consecuencias serían tan graves para México como para Estados Unidos. 

La primera predicción es que no lo hará. El truco puede ser documentar como trabajadores temporales a quienes hacen el trabajo duro, las faenas que los norteamericanos no quieren ni pueden hacer. Podría comenzar con la deportación de extranjeros detenidos en las cárceles por delitos, podría hacer redadas en algunas ciudades como Dallas, Chicago, Nueva York o Los Ángeles. Todo sería un show, como a él le gusta y luego parar. 

El pronóstico es que no serán más de un millón de mexicanos y otro tanto de múltiples nacionalidades. Pasar esa línea generaría más problemas. 

El segundo golpe que Trump puede asestar a México es romper las reglas del T-MEC e imponer tarifas a nuestras exportaciones. El comercio entre los dos países es de unos 850 mil millones de dólares. Aranceles del 25% son inimaginables porque lastiman a las empresas norteamericanas asentadas en el país. Lo más probable es que Trump exija a México poner las mismas tarifas que EE.UU impuso a China para fortalecer el bloque norteamericano. 

Las dos variables, migración y comercio son las más grandes incógnitas que hemos tenido en nuestra historia de relaciones con el vecino. Aún si las cosas no cambiaran mucho, el país tiene que enfrentar una situación económica más desfavorable que hace seis años, cuando en el primer año de AMLO la economía cayó un 0.1% por las bajas expectativas de inversión y el descontrol que causó la destrucción del aeropuerto de Texcoco. 

Los economistas pronostican un crecimiento de un modesto 1.3% según el Fondo Monetario Internacional. Todos los arranques de sexenio son de ajuste, acomodo y nueva administración. Además tenemos el lastre de una reducción del gasto por el déficit del 2024. La Secretaría de Hacienda recorta el gasto porque, de no hacerlo, perderíamos el grado de inversión. Eso implica recorte de circulante y dificultades para muchos sectores. Pemex, la refinería de Dos Bocas, el Tren Maya y otros proyectos significan gasto público excedente. El dinero irá para sacarlos adelante. 

Lo único que puede salvar el año es la inversión privada. Los empresarios mexicanos y extranjeros saben que México y Estados Unidos son tierras de oportunidad, incluso en las épocas difíciles. 

Uno de los grandes frenos a la economía nacional es la inseguridad, el abandono de zonas enteras del país dominadas por el crimen organizado. Visto en el retrovisor, el gobierno de AMLO fue tolerante de la mayor violencia que hayamos tenido en la historia moderna. Claudia Sheinbaum da muestras de que en su sexenio no será así. La campaña de Sinaloa es una buena muestra. Por convicción y por presión del propio Trump, el gobierno dará la gran batalla para disminuir el tráfico de fentanilo y otras drogas sintéticas. 

El tema del 2025 será plantear una estrategia de crecimiento sostenido. Tenemos que crecer la economía para dar respuesta a múltiples problemas: pobreza, salud, educación, infraestructura y seguridad pública. No hay de otra. (Continuará)
 

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