¡El papel en blanco es una pesadilla para cualquier escritor!  El sentarte a escribir, tener el papel frente a ti (antes era con la pluma en mano, luego la máquina de escribir, y ahora, con la computadora), querer decir tantas cosas, pero, a la vez, nada específico cruza por tu mente… te surgen ideas, pero nada se concretiza… ¡a veces hasta olvidas el tema que querías desarrollar! (aunque yo trato de hacer una lista para que no se me suceda, ya que como dice mi amiga Lulú Aguilar:  “Lo que no escribo, no existe”).   Estar un tiempo, pensar, rascarse la cabeza como si así, dejara salir alguna idea;  sentarse de nuevo, tratar de volver a empezar…  Luego parece que cualquier ruidito, por insignificante que sea, te distrae.  Y si estás en casa o con el celular prendido, ¡bueno, más motivos de distracción!.  Y entonces, la musa de la inspiración, sale despavorida para otro lado.

He procurado escribir y me han publicado mis artículos desde el 2002… a partir del 2009 tengo mi propia columna y desde entonces, he procurado escribir semanalmente, sin retribución alguna, solo por el placer de hacerlo… ¡pero a veces me parece tan difícil! ¡no falta qué se cruce en mi camino, que me quite el tiempo necesario para hacerlo!.  Visitas, compromisos, los quehaceres de ama de casa, de esposa, madre y abuela… viajes, vacaciones, fiestas especiales… 

Cuando la inspiración llega… cuando estoy muy contenta o muy enojada,  ¡puedo realizar un escrito en 30 minutos ó 1 hora!.  Pero normalmente, me tardo mucho más tiempo porque me gusta investigar bien sobre lo que escribo y sustentar mis ideas;  busco bibliografía y leo a l@s expert@s;  procuro indagar la verdad y plantearla de manera lo más objetiva posible… aunque dándole, como cualquier escritor, mi toque personal… mi punto de vista… y también pongo parte de mi experiencia, de mi vida, de mi corazón en cada texto.

Últimamente, estoy pasando por un periodo de aridez.  Siento que no tengo qué escribir, que no vale la pena el esfuerzo ni el tiempo… y en nuestra triste actualidad, ¡ni el riesgo de hacerlo!.  Pienso que no cambia ni he cambiado en nada las cosas, que nadie me lee y que, realmente, a nadie le importa lo que escribo… dejé de escribir durante un mes, ¡y solo 2  amables lector@s lo notaron!.  Creo que la publicación en el Periódico AM digital, aunque es lo actual y hay que modernizarnos, a la gente de mi edad y sus alrededores (tengo 62 años) no nos es de tan fácil acceso.  Aunque no dejo de agradecer de todo corazón al Periódico y a su afable gente que me lean, me publiquen y que me den toda la libertad para hacerlo… porque al final, ¿qué es el artista sin un público que lo observe, lea, enfrente, confronte, comunique, empatice, entienda o califique? ¡Nada!  Sin algún medio de comunicación (y más si es tan reconocido y con tanta trayectoria como el AM que tiene más de 46 años informando) que nos impulse, los escritores, los articulistas, los periodistas simplemente, no seríamos.

Uno de los motivos que me llevó a pedirle al Lic. Enrique Gómez Orozco un espacio en este periódico, fue tratar de poner mi granito de arena para que más gente abriéramos los ojos, nos involucráramos un poco más en la política de nuestro país y no permitiéramos que mataran a nuestra incipiente Democracia… como vimos, no sirvió de mucho… ni lo mío ni lo de tant@s que luchamos por lo mismo.  Ahora, a últimas fechas, he tratado de indagar sobre diferentes temas más positivos, que nos ayuden a expandir el alma que está tan apretada, tan angustiada, tan agotada con las malas noticias y graves sucesos.   

En fin, mis querid@s lector@s, por hoy, esta hoja en blanco, ya se llenó… espero que la próxima semana, pueda atrapar con más cuidado, a la anhelada musa de la inspiración.

 

MARI AGUADO DE CUADRA.

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