En teoría, los partidos políticos deberían ser instrumentos para la expresión de la diversidad de opiniones y la representación de los ciudadanos. Su función primordial es ofrecer opciones ideológicas y políticas, facilitando así el ejercicio democrático entre los ciudadanos y el poder político.

Durante la reciente campaña electoral para la presidencia de la República, los neoliberales acusaron a Claudia Sheinbaum de comunista, entre otras cosas, sin ningún sustento y probablemente sin entender los términos básicos de las teorías sociales y económicas del espectro político.

Es importante notar que tanto la izquierda como la derecha abarcan una amplia gama de posiciones y matices. Dentro de la izquierda hay desde socialdemócratas moderados, socialistas, extremistas y hasta comunistas trasnochados. En la derecha, existen desde conservadores moderados hasta Ku Klux Klanes ultraderechistas y fanáticos fascistas.

Ser de izquierda o de derecha implica adoptar una visión del mundo y una serie de valores que dirijan las políticas y decisiones. Así las cosas, mientras que la izquierda progresista busca combatir la desigualdad y alcanzar la justicia social a través de la intervención del Estado, la derecha neoliberal prioriza la libertad individual, el mercado libre y rechaza la intervención del Estado. Comprender estas diferencias es crucial para participar de manera informada en la discusión política.

Pero, hablando de lo nacional, ¿cuál sería la diferencia ideológica en México entre los gobiernos pasados y el actual régimen? A partir de Miguel de la Madrid hasta Peña Nieto, fueron gobiernos de corte neoliberal, versus el gobierno actual, que es de izquierda progresista, como se autodefinió Claudia.

En el escenario político, estas dos corrientes ideológicas destacan por su actualidad y por el debate que generan. Ambas visiones del mundo proponen caminos diferentes para el desarrollo económico, social y político de las naciones, y su contraste es esencial para entender muchas de las dinámicas actuales en la política nacional.

El neoliberalismo surgió a mediados del siglo XX; aboga por una reducción del papel del Estado en la economía, promoviendo el libre mercado, la desregulación y la privatización de empresas públicas. La premisa central es que la eficiencia económica y el crecimiento se logran mejor a través de la competencia y la iniciativa privada, sin las distorsiones que podría causar la intervención del Estado. Esta ideología ha sido crítica de los programas de bienestar social, argumentando que pueden desincentivar el trabajo y la autosuficiencia.

Por otro lado, la izquierda progresista, que tiene sus raíces en el socialismo moderado y el liberalismo social del siglo XIX, se ha enfocado en promover la justicia social, la igualdad y los derechos humanos. Esta corriente política defiende la intervención del Estado en la economía para corregir desigualdades, abusos y proteger a los grupos más vulnerables. Además, aboga por políticas que protejan el medio ambiente y promuevan el desarrollo sustentable. También subraya la importancia de la solidaridad, la propiedad privada, la libertad de pensamiento y de expresión.

Por su parte, críticos del neoliberalismo acusan que este puede generar marcadas desigualdades económicas, injusticias y crisis financieras. Como ejemplo citaría la crisis bancaria y financiera en 2008 en Estados Unidos (global) debido a excesos de los mercados financieros y falta de supervisión y control por parte de autoridades. Por ello, la izquierda progresista promueve políticas que buscan nivelar el campo de juego y propiciar la igualdad de oportunidades y defensa de los derechos de las minorías y grupos marginados.

Dicho lo anterior, el neoliberalismo se enfoca en la libertad individual, económica y la no intervención del Estado; además, promueve políticas fiscales conservadoras, la desregulación, la reducción de impuestos y el control del gasto público. Asimismo, aboga por la apertura de los mercados internacionales a través del libre mercado.

Doctrina aparte es el comunismo que, por ignorancia o perversidad, han querido ligarlo al gobierno de AMLO y al futuro de Claudia. Según la teoría marxista, es un proceso en dos etapas principales: el socialismo y el comunismo. Su primera etapa es una fase de transición donde el Estado controla los medios de producción y se eliminan las desigualdades extremas. La segunda y última etapa, el comunismo, es una sociedad sin clases, sin Estado y con propiedad común de todos los recursos y medios de producción. La transición completa al comunismo nunca se logró en la práctica debido a diversas razones. Existen dictaduras de Estado y dictadorzuelos de derecha o izquierda, pero se podría afirmar que el comunismo no existe ni existirá.

La doctrina de un partido político debe tener como propósito dotarlo de un pensamiento que le dé y garantice sentido y orientación a toda su actividad pública, que tiene que estar guiada por los grandes valores. Pero no se deje asustar, recuerde que, en México, millones de personas han sido educadas en la religión del miedo. Freud advierte que el miedo penetra como la humedad y se apodera de nosotros, transformándose en una pesada y agobiante carga que asfixia e impide moverse. Sin miedo, usted tomará mejores decisiones y vivirá feliz. ¿Usted qué opina?

LALC

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