ADEMÁS del uso ilegal de información fiscal como arma política, la divulgación de una lista de contratos de las empresas de Xóchitl Gálvez deja claro el extraño concepto que tiene Andrés Manuel López Obrador de la transparencia.

EN ABRIL, vetó a dos comisionados nombrados por el Senado y dejó inoperante al INAI, lo que ha provocado que, desde entonces, información que debiera ser pública permanezca oculta.

PERO, eso sí, en el caso de los contratos de una aspirante presidencial de oposición, AMLO no tiene empacho en violar el secreto fiscal y hacer públicos datos que, por ley, deben ser confidenciales.

ESPECIALMENTE preocupante resulta que en la lista se incluyan no sólo aquellos contratos firmados con entes públicos, sino que también aparecen los celebrados con particulares.

EN SU AFÁN por menoscabar políticamente a Gálvez, el Presidente afecta también los derechos de terceros difundiendo información de operaciones entre entes privados que no tendrían por qué hacerse públicos.

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LO QUE en un principio fue interpretado por los optimistas como “tibieza” de los consejeros del INE, en el descarado proceso de selección del candidato presidencial de la 4T, se ha convertido en una desconcertante muestra de debilidad.

AL ÁRBITRO electoral que preside la consejera Guadalupe Taddei le ha temblado la mano a pesar de las evidencias reiteradas de que lo que está ocurriendo en los hechos es una precampaña presidencial con la seis corcholatas de Morena, PT y PVEM compitiendo por la nominación.

LA RESPUESTA de la autoridad electoral ante las quejas de la oposición por ese proceso no ha estado a la altura y se ha quedado en una serie de inútiles palmaditas en la muñeca a quienes violan abiertamente la ley.

Y SI desde ahora los partidos ya le tomaron la medida y le perdieron el respeto al INE, mejor ni pensar en lo que podría pasar el año que entra cuando las campañas inicien formalmente.

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MUY MALA noticia es que la calificadora internacional Fitch le volviera a bajar a Pemex la nota de BB- a B+ y lo pusiera en la lista de observación negativa debido a su débil desempeño operativo.

PEOR AÚN es que esa baja en los indicadores de operación se deba a los múltiples accidentes ocurridos en sus instalaciones desde febrero y que han provocado muertes de empleados y fuertes daños materiales.

PERO QUIZÁS lo peor del caso es que los recursos asignados para la prevención de accidentes han caído en un 48 por ciento desde 2019 y tal parece que el austericidio llegó para quedarse en la empresa que dirige Octavio Romero.

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