¿Por qué a la mayoría de la gente no le importa el deterioro del medio ambiente?, ¿la destrucción de la obra más importante de nuestra historia en Texcoco?, ¿por qué no toma en cuenta el fracaso en la salud pública?, ¿el estancamiento económico o la caída en la calidad de la educación pública?, ¿por qué no reacciona ante la mayor crisis de seguridad pública?
Importa más la desigualdad, la identificación con un líder que los representa mejor o sigue la factura de cuentas por cobrar a la corrupción del pasado más que a la presente.
La encuesta de El País y W Radio es un shock para la oposición.
De poco sirve la realidad de México y una administración errática para convencer a la mayoría de que no vamos bien. ¿O será que vemos dos realidades distintas, que la división del País es más cierta y profunda de lo que imaginamos?
Norte y sur, jóvenes y viejos, mujeres y hombres, conservadores y progresistas, chairos y fifís ven la realidad con ojos distintos. Lo real y tangible es que funciona la diatriba desde la mañanera para fortalecer al grupo en el poder en detrimento de todo lo demás. Los últimos villanos son los “jueces corruptos” según la última liturgia del presidente López Obrador.
Como la información proviene de medios serios -El País y W Radio-, los opositores guardan silencio mientras preparan sus encuestas. El Financiero coincide que Morena arrasaría en la elección presidencial. Del trago amargo la oposición debe ir directamente a la acción. La ley electoral prohíbe los actos anticipados de campaña pero todos están en campaña.
El shock del futuro llega a la Alianza Va por México y muestra lo dañada que está la reputación de sus líderes. Alito Moreno del PRI fue incinerado por las revelaciones de la gobernadora de Campeche, Layda Sansores. Vive hundido en el fango del enriquecimiento inexplicable. Marko Cortés del PAN quedó expuesto al nombrar por dedazo a un candidato impresentable para el Estado de México, Enrique Vargas, quien seguramente no podrá competir después de que Reforma exhibió una compra ridícula y presuntamente fraudulenta de una casa en Las Lomas en la CDMX.
Los ciudadanos adversarios de la 4T no encuentran un representante para competir por la Presidencia de la República. La clase media de los estados del norte, los empresarios, académicos e intelectuales trinan ante el desmantelamiento de las instituciones a manos del poder Ejecutivo y Legislativo. Incluso el Poder Judicial se revela ante el maltrato y los juicios sumarios de López Obrador pero no tiene fuerza para enfrentarlo.
El golpe de la encuesta de W Radio y El País puede ser un nocaut anticipado si la oposición no se une a partir de hoy, hoy, hoy, y comienza a jugar a la verdadera democracia haciendo partícipes a los ciudadanos en elecciones primarias para todos los puestos de elección comenzando por el Estado de México. Con dedazos al estilo PRI, sólo aumentarán el resentimiento popular. Necesitan un cambio radical en la toma de decisiones, con planteamientos claros del país que queremos, para que renazca la esperanza democrática iniciada en el 2000.
Lo ideal sería que Alito Moreno y Marko Cortés tuvieran la hombría de bien al renunciar a sus cargos por la ostensible ineptitud y corrupción que les antecede. Con cuadros nuevos y renovados podrían iniciar campañas de integración, mostrar apertura y jugarse el riesgo del cambio. De no hacerlo, adiós amigos, la fatalidad caerá sobre su destino.
