Grillas e incógnitas en Profeco
Ya lo he citado alguna vez y lo recordé de nuevo esta semana, aquel corresponsal extranjero que decía que quien sostuviera que entendía la política en México, en realidad estaba mal informado. Fue con motivo del inesperado numerito que cimbró a la Procuraduría Federal del Consumidor y cuyas repercusiones alcanzan a Guanajuato, en virtud del protagonismo de su titular, Ricardo Sheffield, quien en su momento impuso en el PAN su candidatura a la alcaldía de León y muchos años después, metido en el lopezobradorismo, se postuló por Morena tanto a la gubernatura como a la Presidencia Municipal de esta su tierra.
Se me escapa por completo el motivo por el que salen a anunciar cambios menores y episodios de corrupción, sin consecuencias legales hasta ahora, como ha sido sello distintivo de esta administración, dos señores secretarios de Estado, entre ellos el poderoso titular de Gobernación, metido ahora de lleno en el proceso de sucesión de AMLO, que este domingo analizan an AM desde ópticas distintas don Juan Aguilera y Alejandro Pohls. Que el episodio desemboque en una comedia de enredos en que luzca el genio del paisano Sheffield, resulta un misterio adicional.
Pero lo que menos se entiende es el momento en que estalló el escándalo. Profeco había sido un protagonismo destacado en el pacto para controlar los precios que se anunció el miércoles desde Palacio Nacional, durante la cual el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez, citó repetidamente a la dependencia y su papel en el acuerdo. Sorprende por lo tanto que horas después dos funcionarios de primer nivel hayan salido a denunciar corruptelas en una dependencia cuyo titular, además, acompaña con frecuencia al Presidente de la República en sus famosas mañaneras.
Por si fuera poco, el escándalo de la Profeco se suma al que afecta al organismo conocido como Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex), otro de los mecanismos fundamentales para que funcione el programa de control de precios, un asunto que ha escalado al extremo de que La Jornada, un diario que lo ha cubierto muy bien, señala que el hoyo provocado por la corrupción podría llegar a los 10 mil millones de pesos y hasta se anima a comparar: “la cantidad que se investiga representa el doble de los desvíos atribuidos a las acciones realizadas en las secretarías de Desarrollo Social (Sedesol) y de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, motivo por el cual la ex secretaria Rosario Robles Berlanga se encuentra sujeta a proceso, al estimarse en 5 mil millones de pesos el probable daño al erario federal”. Nada que agregar.

Periodistas en la mira
“Noveno asesinato en México rebalsa la indignación de los periodistas en todo el mundo” tituló la Sociedad Interamericana de Prensa el comunicado que difundió luego de la muerte de Luis Enrique Ramírez, un periodista veterano y serio que fue secuestrado y cuyo cuerpo envuelto en cinta apareció dos días después a la vera de una carretera en Culiacán.
Otro veterano colega, Ignacio Rodríguez Reyna, trazó en un afectuoso hilo en Twitter algunos detalles de la vida profesional del periodista, cuyo terrible asesinato hizo señalar al presidente de la SIP, Jorge Canahuati Larach: “nuestros colegas mexicanos pasan por un periodo tenebroso y lamentable”.
No hay otra manera de decirlo. El presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la SIP, Carlos Jornet, recordó que el organismo ha pedido al presidente Andrés Manuel López Obrador la revisión y mejoramiento de los mecanismos de protección para los periodistas, cuya ineficacia ha quedado más que demostrada.
“Ahora es la comunidad internacional, desde Estados Unidos hasta la Unión Europea, todas las organizaciones de derechos humanos, las que claman a AMLO para que detenga esta masacre”, aseguró Jornet en el comunicado de la SIP.
Mientras tanto, la administración federal responde de forma ambigua. Por una parte, informa avances en las investigaciones y los casos que han logrado ser resueltos (la organización Artículo 19 señala que son 34 los periodistas asesinados durante la administración actual), pero por la otra mantiene el tono agresivo e intimidante que, pese a sus limitaciones, tan bien encarna en las conferencias matutinas Ana Elizabeth García Vilchis, como vimos una vez más este mismo miércoles, con todo y visitantes distinguidos en Palacio Nacional.

El amigo de AMLO
El miércoles 20 de abril, el presidente López Obrador informó a través de sus cuentas que había hablado “con mi amigo Jean-Luc Mélenchon, quien obtuvo el 22 por ciento de los votos como candidato a presidente de Francia“. Añadió que si bien el resultado no le permitía disputar la presidencia en la segunda vuelta -donde Emmanuel Macron venció con mucha mejor ventaja de la que hubiera sido deseable a la ultraderechista Marine Le Pen– “me dio mucho gusto que fueron los jóvenes los que más votaron por mi compañero de izquierda. Francia tiene futuro”.
Francia ojalá que lo tenga, pero Mélenchon seguro que sí. Este militante singular, acusado de populista, reacio a la unidad europea que uno pensaría obligada en una izquierda que antes se preciaba de su internacionalismo, ha parado de cabeza a la política de su País y podría estar enfilado a convertirse en Primer Ministro, luego de hacer saltar por los aires, con una alianza inesperada, al Partido Socialista que alguna vez fue guía para tantos en el mundo en la época de Francois Mitterrand.
Confeso admirador de Hugo Chávez, cercano al ex vicepresidente español Pablo Iglesias, de Podemos, “demagogo, cultivado, explosivo”, el “nuevo rey sol de la izquierda francesa”, como lo llama en un retrato este domingo el periódico El País, acaricia la posibilidad de integrar un gobierno singular que sin duda haría sufrir mucho a Macron y modificaría el papel de Francia en el mundo, si consolida sus resultados en las elecciones legislativas, previstas para el 12 y 19 de junio próximos.

¿Qué ver, qué leer?
Y hasta qué dejar de ver. La crecida inflacionaria que azota al mundo y que amenaza con incrementarse a causa de la invasión de Ucrania, ha traído como consecuencia que los consumidores comiencen a realizar algunos ahorros en sus gastos de tecnología personal.
Un reportaje publicado la semana pasada por The New York Times asegura que mientras que en Estados Unidos la gasolina aumentó de precio 48% en un año, los precios de los productos tecnológicos solamente se incrementaron 1.3% en el mismo periodo, lo cual no ha sido obstáculo para que los consumidores emprendan economías. El escrito en cuestión ofrece algunos buenos consejos, sobre todo para aquellos que tienen suscripciones que ya incluso olvidaron.
En México vamos para allá. Todos hemos resentido las alza de los servicios -en mi caso, el más reciente fue anteayer el de Apple Music– y los efectos comienzan a repercutir en el mercado, como informó Expansión el viernes: América Móvil reportó una baja de 39,000 líneas de pospago, clientes que migraron a otros esquemas para controlar sus gastos. Analistas aseguran también que otro cambio de hábito, registrado desde la pandemia, es el de aumentar el tiempo de uso de los dispositivos móviles, cuya utilidad supera con creces el lapso de empleo que muchos le conceden (concedemos).
No dude usted que este proceso se radicalice, sobre todo si la situación económica sigue cuesta abajo.
MCMH
