No hay monto económico que reponga una vida humana. Para una Administración con visión humanista como la que encabeza la Presidenta Municipal, Alejandra Gutiérrez, eso está claro. 

De ahí, el exhorto que realizó en días recientes la Alcaldesa al Consejo Directivo del SAPAL, para que acepte y atienda las recomendaciones de la Procuraduría de los Derechos Humanos del Estado de Guanajuato, con respecto al accidente ocurrido hace un año, en el que perdieron la vida 5 trabajadores de la paramunicipal. 

No obstante, no se debe perder de vista que los recursos que maneja el SAPAL son públicos y están sujetos a la observancia de todas las regulaciones aplicables, por lo que no se le puede exigir al Consejo de este sistema, que otorgue indemnizaciones económicas por encima de lo que la ley les permite, aún y cuando se trate de asuntos tan tristes como éste.

El exhorto de la Presidenta de León, sienta un precedente sobre la visión sensible y empática que debe imperar en este gobierno y busca la justicia para los familiares de las víctimas, contrario a lo que pretendieron hacer algunos regidores de oposición, quienes quieren lucrar electoralmente con el dolor de los deudos, usando esta desgracia como bandera política.

Si bien, el llamado público de la máxima autoridad municipal a este organismo ciudadano, pudo causar desanimo en algunos consejeros, éste no debe significar el debilitamiento de los lazos de cooperación entre la sociedad civil organizada y el gobierno, por el contrario, debe traducirse en una comunicación más estrecha que fortalezca el trabajo entre ambas partes, mismo que durante más de 30 años ha existido en nuestra ciudad  y que -pese a algunos problemas-, nos ubica como un modelo exitoso y respetado.

La reunión que sostuvo la Alcaldesa con el Consejo Directivo del SAPAL el pasado martes, ayudó para dejar claras las causas del fatal accidente, pero, sobre todo, para delinear la estrategia humanista que tiene que imperar a partir de ahora.

En la parte humana del accidente, se ha construido la percepción de que la atención que ha dado el SAPAL a los familiares de las víctimas ha sido poco empática y distante, poco solidaría y tardía, sin embargo, ello obedece, en parte, a la intervención de los abogados de los familiares.

Afortunadamente, con la intervención de la Presidenta Municipal, esa barrera se ha diluido con una receta básica: quitar a los abogados como medios de entendimiento (o de conflicto), y tratar el tema personal y directamente con los deudos.

Cabe señalar que, aunque se ha manejado que el valor monetario de las indemnizaciones que SAPAL ha ofrecido a las familias de los trabajadores fallecidos, son poco más de 400 mil pesos, la realidad es que son casi 11 millones de pesos para todos.

El lamentable accidente ocurrido en el módulo de desbaste de la planta de tratamiento de aguas residuales, confirma el hecho de que la participación ciudadana se debe seguir regulando, sobre todo para separar claramente las atribuciones que tienen los ciudadanos que participan en el Consejo Directivo de un organismo descentralizado, de las responsabilidades de los servidores públicos que ahí trabajan. 

Y sí, es cierto que hay algunos ciudadanos que han fallado (los menos y no en este caso), pero eso de ninguna manera puede ser pretexto para frenar la sinergia que por mucho tiempo ha existido en nuestra ciudad entre autoridades y sociedad.

La participación ciudadana ha sido importante para que León tenga ahora mucha de su infraestructura icónica, como SAPAL, Explora, la Feria, el Poliforum, el Parque Metropolitano, el Fórum Cultural, etc. Como autoridad, no podemos ignorar esto, por el contrario, debemos aprovechar al máximo el tiempo y talento que aportan los consejeros. 

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