Dentro del priismo corre con insistencia -y con preocupación- un rumor: que Alejandro “Alito” Moreno estaría planeando modificar ¡los estatutos! del PRI, con tal de poder aprobar la reforma eléctrica del Presidente.
Y no, no es porque le interese mucho el tema sino porque, en realidad, lo que busca es que Layda Sansores no revise demasiado las cuentas que dejó en Campeche. Los que saben del asunto aseguran que esa sería la moneda de cambio: salvar la reforma eléctrica en San Lázaro a cambio de salvar el pellejo del ex gobernador.
Claro que una asamblea no es un circo fácil de domar, por lo que también se le podría salir de las manos a “Alito” y convertirse en su tumba política. Habrá que ver si los priistas se mantienen en su postura… o si les gana la añoranza del nacionalismo revolucionario.
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Con todo y que el dedito presidencial señaló a Claudia Sheinbaum, cual si fuera una pintura de Miguel Ángel (y no Mancera), Ricardo Monreal no se raja y vuelve a insistir en que su único objetivo es ser candidato de Morena y despachar el próximo sexenio en Palacio Nacional. Y aunque ha sido muy cuidadoso de no cantarle un pleito directo a AMLO, parece muy decidido a seguir en su camino… aunque se cruce con los deseos del mandatario. Lo interesante es que esa determinación del zacatecano trae inquieto al equipo del Presidente, pues apenas Monreal dice “Yo voy”, se desatan en su contra las hordas digitales para lincharlo en las benditas redes sociales.
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El que con Puebla se quema, hasta a Veracruz le sopla. Luego del portazo que tanto hizo enojar al Presidente (“¿Me van a escuchar?, ¿me van a respetar?”) por parte de damnificados poblanos, alguien quiso protegerlo de un nuevo desaguisado… pero se le pasó la mano.
Allá en el puerto jarocho cuentan que para la celebración de los 200 años de la Armada de México, fue bloqueado todo el centro de Veracruz, ¡desde ocho horas antes! Y eso afectó no sólo a los negocios de la zona, sino también a la zona portuaria. Esto provocó pérdidas millonarias -en dólares- a empresas navieras y agentes aduanales, debido al retraso para descargar y transportar mercancías.
Para colmo, la zona marítima del puerto comercial estuvo saturada de barcos militares, lo que obligó a los buques de carga a seguir restricciones excesivas, limitando la operación al mínimo. Así que mucho festejo y todo, pero ese día Veracruz tuvo un puerto cerrado. ¿Y todo para qué? Para que al Presidente lo transportaran… ¡en helicóptero!
