Una gran parte de los guanajuatenses han sido víctimas de atracos, extorsiones, robos y agresiones físicas. Según reporta el “Diagnostico Social León 2021” elaborado por Inmersa, actualmente, en León, el 74% percibe la inseguridad como un asunto grave, lo que contrasta con el 38.7% del 2016. También, dice que el 48.4% afirmó que ha sido testigo de algún delito en el último año. Los principales problemas son los robos, la pobreza y la drogadicción.
La encuesta manifiesta que la alcaldesa electa, Alejandra Gutiérrez, tiene buena imagen como persona; sin embargo, al tratarse de trabajo, crece en los entrevistados la duda de si podrá combatir la inseguridad y mejorar los servicios públicos… Tal vez, esta opinión tenga algún tinte de machismo. Pero, por lo pronto y sin discusión alguna, los temas prioritarios en la agenda de la Alcaldesa están a la vista, no puede dejar de ver el elefante en la sala.
El argumento tan cantado de que no alcanzan los recursos para seguridad no es válido; se debe presupuestar por prioridades, siendo seguridad la mayor y después lo que sigue. Tampoco se vale repartir culpas y esquivar la responsabilidad, con el manido argumento de que faltan más soldados. El mayor número de delitos son del orden común y para combatirlos se requiere de más y mejores policías preventivos.
Antes de las elecciones, la opinión de brindar seguridad, como una prioridad, fue avalada por todos los aspirantes a la alcaldía: “La inseguridad es la principal preocupación y necesidad que atender en León,” expresaron los candidatos a la Alcaldía en el debate organizado por la Coparmex. En lo general, afirmaron que la lucha contra la delincuencia en León era un fracaso y debería de haber cambios de fondo, reestructuras, mano dura, más policías, bien preparados y mejor pagados, entre otras propuestas. Entonces, Alejandra ofreció mano dura para recuperar la seguridad de León, y cero impunidades: “Cero tolerancias con quien cometa un delito.”
Pero, sería importante darle contexto al tema de la inseguridad en Guanajuato: Ya en el gobierno de Juan Manuel Oliva, de infausta memoria, empezaba una creciente ola de robos, crímenes y secuestros, por el “efecto cucaracha,” según decía el gobernador, mientras se extasiaba con el sueño de adormidera de ser presidente de la República. Así las cosas, nunca atendió los barruntos criminales que acechaban a nuestra entidad&Al ex gobernador Miguel Márquez le pasó de noche, a lo más que llegó fue a comprar el “Sistema Escudo,” el artefacto más caro e inútil del que haya memoria. Márquez fue omiso y tibio con la seguridad, y actualmente no se percibe una estrategia, un cambio y menos una mejoría.
El Gobernador tiene que echar mano de todos los recursos disponibles para avanzar en seguridad; además de convocar, con toda su pasión y carisma, a todos los ciudadanos para mover a Guanajuato. En fin, hay temor porque no se conocía una época tan violenta e insegura como la que se vive actualmente, León se encuentra en el vergonzoso índice de las ciudades más inseguras. En su momento, uno de los líderes camerales más auténticos y menos genuflexo, Ismael Plasencia, declaró: “La labor por la seguridad no se ve.”
Para avanzar en seguridad, se necesita una gran convocatoria social. “Las acciones de los que gobiernan no tendrán éxito si no van acompañadas de las estructuras sociales:” Rudy Giuliani. Pero, para mover a una comunidad, se requiere de liderazgo y que los ciudadanos tengan fe y confianza en sus autoridades, para denunciar y colaborar con la policía. El poder que le da la Constitución a la Alcaldesa no es un fin en sí mismo, el poder tiene sentido cuando se inclina ante las necesidades del otro y se pone al servicio de los demás de manera generosa& El ejercicio del poder tiene que ser prudente y generoso, éste no se comparte, pero sí se gobierna con otros y para todos.
Ale, como se le dice de cariño, debe de hacer política y más política, pero no la de partidos sino la de un estadista, la de un buen líder, para ser el hilo conductor de la sociedad. La vocación de servicio es un don superior que, sumada al carisma del líder, puede mover conciencias y voluntades, para transformar las realidades que duelen en bondades que curan, y cambiar así el rumbo de la Historia. Servir es saber escuchar y desear acompañar a los demás para que puedan emprender& El desafío es grande, pero los líderes se crecen ante los grandes retos que asumen, y luchan por lo que creen y lo que persiguen&
La Alcaldesa está consciente de su triunfo, pero también de su alta responsabilidad ante las expectativas de los leoneses, que la quieren a ras de tierra, no en un castillo de cristal. Ella sabe perfectamente que, en su anhelo de gobernar, puede convertirse en la heroína del cuento de hadas, pero también en la villana de la historia. Ser presidente municipal de León no es tarea fácil, muchos han encontrado su tumba política en esta gloriosa misión.
Ale es una mujer inteligente, valiente y decidida. Ojalá esté vacunada contra el virus del hubris, que inflama el ego y produce el vértigo de la desubicación. Los que tienen poder, con facilidad se contagian de esta grave enfermedad a través de los aduladores y genuflexos. Servir es saber escuchar&
