Aumentan homicidios en EU
El FBI confirmó durante la semana lo que varios indicadores habían ya proyectado: los homicidios en Estados Unidos crecieron 30% durante 2020, un alza dramática sin precedentes desde que la violencia, desatada durante la década de los ochentas, comenzó a descender de forma pronunciada al final de aquella década.
En total, reportó el famoso buró, se registraron 21 mil 570 homicidios en Estados Unidos. Y aunque, de acuerdo con un reporte de CNN, las corporaciones de seguridad no están obligadas a enviar sus datos (para el reporte lo hicieron el 85% de las más de 18 mil registradas), el balance es el más confiable de los que se producen.
El salto en las estadísticas, reporta la BBC, “se produjo en todas las regiones del país, tanto en los grandes centros urbanos como en las pequeñas localidades y en los municipios gobernados tanto por demócratas como por republicanos”.
La explicación del fenómeno está pendiente, sobre todo por el hecho de que los delitos contra la propiedad mantuvieron su tendencia descendente y bajaron, como llevan ¡18 años! haciéndolo.
De acuerdo con las cifras del FBI, en 2020 se registraron 6.5 homicidios por cada 100 personas, mientras que en 2019, la tasa fue de 5 por cada 100 mil, un aumento brutal del que seguramente pronto empezaremos a tener interpretaciones. Pero una de las más probables es el incremento descontrolado de las armas que circulan. A ver si entienden.
Hace tres semanas comentábamos que, de acuerdo con el best seller “Freakonomics”, el sorpresivo descenso que se produjo hace 30 años tuvo entre sus causas la aprobación del aborto en Estados Unidos en 1973, una tesis muy polémica.
Pero hubo otras, claramente rastreables. Más allá de la celebridad que les trajeron a Rudolph Giuliani y su elenco los resultados obtenidos en Nueva York con sus ventanas rotas y la cero tolerancia, estudios demostraron que las fórmulas aplicadas en aquella ciudad -sobre todo más y más policías, bien capacitados y control sobre las zonas calientes- redujeron de la misma forma la delincuencia en otras zonas de Estados Unidos.
La preocupación por este aumento de la violencia homicida nos trae sin remedio a echar un vistazo a México y a Guanajuato. Hasta agosto, la última cifra oficial registrada, la tasa de homicidios por cada 100 mil personas de Guanajuato es de 37.94, seis veces superior a la que registró Estados Unidos el año pasado. El promedio nacional es de 17.53, casi el triple. Y llevamos ya en el estado más de 2 mil homicidios este año, el 10% de todos los que hubo en Estados Unidos en 2020. Y en el País son 22, 611, ya los rebasamos. Dramático.

El reto de León
De acuerdo con el conteo que hacemos en AM y Al Día, extraoficial pero muy confiable, León registra ya 646 homicidios durante 2021. Los veteranos recordamos con incredulidad cuando un crimen paraba de cabeza a la redacción, obligaba a regresar el periódico de la prensa y provocaba azoro en la comunidad.
No es gratuito por lo tanto que colaboradores editoriales de AM, como Paulino Lorea y Alejandro Pohls, aprovechen el relevo en el gobierno de León para señalar a la seguridad como uno de los pendientes prioritarios que debe atender nuestra nueva alcaldesa, Alejandra Gutiérrez.
A las muchas expectativas que produce su llegada, sobre todo después del plano final que tuvo la gestión de Héctor López Santillana (por decirlo de manera gentil), se han sumado las que provoca el hecho de que la nueva Presidenta no ha soltado prenda sobre el cambio de fondo que ha prometido en la materia.
Como sea, Gutiérrez Campos tuvo esta semana la oportunidad de empaparse de lo que le espera, al ocurrir dos tragedias en la ciudad.
El viernes, el agente Luis Eduardo Cubilla Ramírez, de 24 años, fue asesinado a mansalva por gatilleros que no le dieron siquiera oportunidad de defenderse, en un claro y ominoso mensaje del crimen organizado para la policía leonesa.
La tarde de los hechos se anunció la captura de cuatro personas, pero hasta la hora de escribir estas líneas no hay información sobre si tuvieron o no que ver con el crimen.
Dos días atrás, el miércoles, una patrulla en la que viajaban cuatro oficiales con tres detenidos, se accidentó al ir a toda prisa a atender el reporte de una alarma activada por un presunto robo, de acuerdo con la versión de las autoridades.
Tres de los agentes municipales resultaron con lesiones de gravedad y de las personas que iban detenidas, dos fallecieron en la volcadura, al salir disparadas de la unidad en la que iban, seguramente maniatados.
Los dos hombres que murieron habían sido detenidos por posesión de drogas, cristal uno y mariguana el otro, pero resultaron muertos porque los oficiales tuvieron que atender una urgencia y sufrieron un accidente.
Urge revisar los mecanismos de actuación de nuestras fuerzas de seguridad para evitar estas tragedias, el respeto a la vida tiene muchos caminos.

Los misterios del cerebro
El periódico español El País lleva varias semanas nutriendo su espacio semanal Ideas con interesantes entrevistas con especialistas en el funcionamiento del cerebro.
Esta semana tocó el turno a Facundo Manes, un estudioso argentino que con claridad explica que a pesar de todos nuestros progresos, no conseguimos explicarnos la conciencia, “el entendimiento de cómo los circuitos neuronales dan lugar a este sentimiento íntimo, privado, personal y subjetivo que tú o yo estamos sintiendo. No tenemos ni idea de cómo funciona eso”.
Sin embargo, un punto de especial interés que ha surgido en varios de los artículos de la serie -que se puede repasar con comodidad, pues en cada nueva entrega se incorporan los enlaces– es el impacto que va a tener en nuestros cerebros el apasionado romance que vivimos con las nuevas tecnologías: “por primera vez en la historia, la evolución inmediata del cerebro no será biológica”, advierte Manes e incursiona en los terrenos que con tanto éxito ha incursionado Yuval Noah Harari, especialmente en su libro “Homo deus”.
El especialista argentino es optimista y pronostica que vamos hacia un mundo posterior a la pandemia en donde valoraremos cada vez más al ser humano. “En cinco años, wasapear todo el día estará tan mal visto como fumar en un avión”, augura esperanzado, aunque advierte también: “puede haber un salto evolutivo hacia algo que no había pasado”. Fascinante.

¿Qué ver, qué leer?
Si buscamos calamar en Google, en la parte derecha aparece todavía el bicho que hemos visto y saboreado toda la vida. Pero el espacio de las noticias destacadas está “colonizado” por “El juego del calamar”, la serie de la que todos hablamos.
Convertida en la emisión más vista de Netflix, según la plataforma (aunque entiendo que no existe verificación independiente posible), la producción surcoreana es tema prioritario en los medios y las redes sociales, como podemos ver en nuestros círculos y como seguramente ocurre en otros.
Muchos de quienes se dedican a la crítica, prudentes ante la posibilidad de llevarse una maltratada, opinan con cautela pero destacan la visión de Netflix al apostar por las producciones de aquel país luego del éxito de “Parásitos”, la película que arrasó en el mundo anterior al virus.
Más allá del informe de la plataforma, el mejor termómetro del impacto de la producción es la cantidad de contenidos distintos que podemos ver acerca de ella en los medios y las redes: los detalles del reparto, las características de los desafíos, las parodias, las advertencias, los disfraces, los reproches por la violencia, el impacto global, la transformación de la modelo Jung HoYeon en la “chica Netflix” y los 9 millones de nuevos seguidores en Instagram. Y podríamos seguir.
¿Ustedes ya la vieron?

MCMH
