Mientras el mundo avanza hacia las energías limpias y al derecho de las personas de generar, consumir y vender su propia electricidad, Andrés Manuel López Obrador propone una regresión de 50 años para darle más poder al poder… ¡de Manuel Bartlett!

Aunque se quiere presentar como una reforma, la contrarreforma energética regresa al viejo modelo del monopolio estatal autorregulado, una especie en extinción a nivel mundial por el avance de los paneles solares, las baterías y los autos eléctricos que florecen en sistemas de libre competencia que promueven cambios tecnológicos en favor del ambiente.

Lamentablemente, en México el gobierno quiere cerrarle la puerta al futuro, concentrando en la CFE todas las actividades del sector eléctrico para usar más combustóleo y condenar a la población a consumir energía eléctrica cara y sucia.

Lo cierto es que, en tres años, la empresa “quesque” productiva del Estado no ha podido iniciar la construcción de una sola central nueva y, de aprobarse la contrarreforma como viene, habrá apagones, desabasto y tarifas más caras. Que el último que salga apague la luz&

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Ante las tentaciones de hacer todo un PRIMOR de la votación legislativa de la iniciativa en materia energética, hay quienes recordaron que el actual presidente nacional del PRI, Alejandro “Alito” Moreno, votó como diputado federal en favor de la reforma del 2013 presentada por Enrique Peña Nieto.

Así es que sería muuuy extraño que uno de los más entusiastas promotores de ese modelo hace apenas 8 años, ahora apoyara la contrarreforma de la 4T… aunque maromas más raras se han visto con el “nuevo PRI”.

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Quien está volviendo a hacer de las suyas es el director de Materiales Educativos de la SEP, Marx Arriaga, pues en una reunión extraordinaria de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana dijo que ya se están haciendo los nuevos libros de texto gratuitos para primero y segundo de primaria.

Pero lo que no aclaró es si esos nuevos libros vienen acompañados de cambios en los programas de estudio o incluso, como se ha venido especulando, del regreso a la enseñanza por áreas y no por asignaturas; es decir, como era hace 40 años.

De ahí que las editoriales que hacen libros de texto para colegios privados no pueden avanzar en la creación de contenidos para el ciclo escolar 2022-2023, lo que les complicará que puedan enviar a tiempo sus materiales a la SEP que, por supuesto, debe aprobarlos antes de que vayan a imprenta.

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