No, de ninguna manera se vaya a creer que nuestro oficio es la crítica permanente. De ninguna manera; por el contrario: aplaudimos, sobre todo en ideologías y política, lo que suponemos certero y le ponemos tache a cuanto, a nuestro criterio, resulte equivocado.
Pero a manera de preámbulo apuntemos que los partidos y otras asociaciones políticas, han de sustentarse en una ideología o sea que su columna vertebral se sostiene de conceptos, principios. Si no los tiene o los hace flexibles, elásticos, pierde el rumbo y, por lo mismo, la credibilidad.
Su otra vertiente estructural son las prácticas o sea que sus actitudes han de ir acordes a lo sustantivo de sus ideas ya que de otra suerte se traicionarían a sí mismos.
Y, finalmente, deben contar con organigrama o base estatutaria que defina en cómo y cuándo actuar.
Si los partidos políticos carecen de tal basamento, pueden ser otra cosa o sea feudos de presión, manipulados, organismos que le sirven a un dictador, con disfraz o sin él y hasta simples núcleos de alquiler, con registro oficial o carentes del mismo
Con todo esto caemos en la cuenta que fue pifia descomunal la firma de legisladores panistas (y tres priístas), con cierto dirigente español de un partido radical, extremista.
Es de extrañar que quien en México convocó a senadores y senadoras panistas, sea coordinador del blanquiazul en la Cámara Alta del Congreso. O sea que se impone dudar si se trata de persona preparada ideológicamente y conocedora de su responsabilidad.
Si para tal pacto se fue, junto con sus compañeros y compañeras senadores, por la libre, quiere decir que él es absoluto en el hacer y entender o que su dirigente nacional,no es capaz de controlar a ese grupo parlamentario.
Llama igualmente la atención el que varios, ellos y ellas, senadores panistas, luego del traspiés, utilizaran, para justificarse, la idea de que el pacto fue a “título personal”. Al respecto vale la pena inquirir cómo opera esa dualidad. ¿Se piensa y procede de una forma para su partido y de otra en lo propiamente personal?.
Tal despropósito no resulta sino rueda de molino, al menos que se acepte que los políticos @, pueden en un momento dado guardar su ideología en el bolsillo, para proceder de manera diferente a la hora que les convenga.
Apoco alguien sustenta que, con ese dirigente español, solo coincidieron en luchar contra el comunismo. Sí, Putin, su poderío y la dictadura del proletariado que auspicia la URSS, subsisten,empero no es con otro radicalismo con lo que se pueden retener, ya que el mal se combate con la abundancia del bien.
Pero, aún aceptando, sin conceder que la idea, si es que tuvo una idea, del líder senatorial panista, hubiera sido crear un retén al comunismo, no se antoja, como ya se planteó, sensato aliarse con un radicalismo arcaico y corroído por el tiempo.
Finalmente es como para preguntarnos si dicha alianza, pacto o acuerdo involucra solamente a los firmantes (ya que dicen fue a título personal) y ¿de qué manera procederán en esa acción, adentro o al margen del PAN o aplicarán otra dualidad para responder a ese compromiso pactado?.¡Todo resultó un galimatías!.
Sí, los grupos, especialmente políticos, tienen pactos, alianzas, compromisos, empero esto ha de salir de la legalidad interior y marcar los linderos tácticos, respetándose en todo momento,los principios de cada entidad. Si no se tiene celo por esa forma, se pierde la esencia de los organismos registrados o no.
Llama la atención que luego de semejante traspiés, el líder panista en el Senado, siga cual si hubiese realizado una gracia.
NOTA MARGINAL: Le he enviado a Héctor Aguilar Camín, la sugerencia de que lea la obra de Jean Meyer, “El Sinarquismo ¿un fascismo mexicano?”. Está en francés y español. Le va a ayudar a precisar qué fue, en realidad, la UNS.
