Según el documento rector del plan de vacunación contra COVID-19, los niños y adolescentes de 12 a 17 años forman uno de los ejes de priorización para la aplicación de las vacunas: “Esto significa que, como eje de priorización, se cuidará de manera especial que su acceso esté garantizado en el momento en que, por edad, condición de vida o comorbilidad, deban vacunarse”.

Hoy día no existe, sin embargo, una vacuna autorizada para la aplicación a ese sector. En pocas palabras, los niños son prioridad, pero no hay una vacuna para ellos. Esta omisión ha desatado una serie de amparos que exigen al gobierno de López Obrador la vacunación de menores. El subsecretario Hugo López Gatell ha replicado que “por cada dosis que por acción judicial, por estas sentencias de amparo, se desviara [la vacunación] hacia un niño y niña, cuyo riesgo es considerablemente menor, se le está quitando la oportunidad a una persona que tiene un riesgo mayor”.

Según las secretarías de Gobernación y Salud se han reportado más de 60 mil contagios de menores de 12 a 17 años en México y más de 600 defunciones. Esas son las cifras “oficiales”. 600 niños muertos son nada para este gobierno, no solo no bastaría un solo niño muerto para hacer todo lo posible para detener esto: su discurso entra en contradicción con su documento rector del gobierno federal.

Hasta ahora hemos escuchado una discusión de adultos sobre la conveniencia o la inconveniencia de aplicar a niños y adolescentes la vacuna. Presento una serie de cartas recopiladas por la abogada Perla Moctezuma y la Asociación “Por ti y contigo por la salud”. Ni ella ni la asociación están al servicio de farmacéutica alguna: eso se puede corroborar. Al margen de su servil subsecretario, establecen un diálogo con el presidente de México:

1ª Carta. Mi nombre es Male, tengo 15 años y me aterra el tan solo pensar que tarde o temprano me enfrentaré a la realidad de contagiarme del tan renombrado Covid-19. Y quizás no les interese la vida de algunos niños o jóvenes, pero quisiera que reflexionaran qué pasaría si tus hijos se enfermaran de algo que puede tratarse. ¿Qué harías por ellos? Yo tengo un sueño en el que me doy el gran lujo de crecer [&] Decepciona que en tu país no te tomen en cuenta para brindarte un servicio que por derecho ya es tuyo por el simple hecho de nacer como persona.

2ª. Carta. Me llamo Ernesto, la verdad no sé ni dónde empezar, todo empezó desde que nos contagiamos, mi mamá y mi papá al principio no estaban tan debilitados, tenían las fuerzas para llevarnos al doctor, a los siguientes días las fuerzas de mis padres se desplomaron, no podían ni levantarse sin que su oxigenación bajara, hasta tuvimos que comprar un generador de oxígeno. En cuanto antes mi hermana y yo nos hayan puesto las vacunas mejor, porque nosotros necesitamos salir y sentirnos más seguros al hacerlo.

3ª Carta. Hola mi nombre es Juan Carlos, padezco de epilepsia y asma, tengo 14 años, quisiera solicitar una vacuna, pienso que deberían de vacunar a los demás niños y niñas de mi edad ya que nos están poniendo en peligro, pues también nos están mandando a la escuela.

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