Buenas noticias para quienes tuvieron la feliz idea de unir a la oposición: Morena no tendrá la mayoría calificada en el Congreso. Eso impide que López Obrador cambie la Constitución y proponga locuras como destruir al INE o acabar con el Instituto de Acceso a la Información. Qué decir de meterle la mano a la jarra de las galletas del Banco de México. 

Noticias no tan buenas para la Alianza por México porque falló en obtener (hasta esta hora 09:39 PM) la mayoría simple para contener del todo al Presidente y su proyecto 4T.  Diríamos que las dos coaliciones obtuvieron algo y los ciudadanos ganamos mucho. Lo mejor fue ver la solidez del INE a pesar de la violencia y las pocas garantías para los candidatos durante la contienda. 

Lo que sigue es el paso del tiempo. Para Morena comienza hoy la sucesión presidencial. Según los expertos, Claudia Sheinbaum es la favorita de Palacio. En la carrera irá Marcelo Ebrard y seguro Ricardo Monreal. Como ese partido no tiene un método de elección interna claro, recurrirán como en el viejo PRI, al dedazo. Habrá tapado. Aunque López Obrador quisiera, no podrá contener lo que antes llamábamos la “caballada”. 

Para la Alianza PRI PAN PRD el destino es el mismo: construir acuerdos para fortalecer su posición en el Congreso y contener la destrucción de las instituciones. Algo que aún puede hacer Morena con la forma de asignar los presupuestos. El brazo largo del Gobierno tiene armas para castigar, reprimir y condenar a los gobiernos de oposición. 

Al final de la jornada todos obtuvimos algo: el fortalecimiento de la democracia y la normalización de la vida cotidiana después de la pandemia. Cuando los ciudadanos hacemos bien las cosas como sumarnos a la elección más grande de nuestra historia, queda un buen sabor de boca. En el futuro podemos y debemos simplificar los comicios con la tecnología moderna. Algo que ahorraría miles de millones de pesos, podría integrar otro tipo de consultas y darnos más luz sobre cómo llegar a construir un destino común de prosperidad y mayor justicia social. 

En Guanajuato creció el PAN aunque Morena se consolidó como el principal partido opositor. Así como deseábamos que en lo federal no termináramos bajo el mando de un solo hombre, en Guanajuato tenemos que reflexionar sobre la calidad de nuestra democracia. Debemos elevar el nivel de participación ciudadana. Estamos obligados a ser más vigilantes del desempeño de alcaldes, diputados y del poder Ejecutivo, incluida la Fiscalía General del Estado y los órganos de control que vigilan los recursos públicos. 

Parece un “rollo mareador”, como dice Ángel Verdugo, pero de verdad quedan muchos huecos y varios personajes impresentables en el elenco de los candidatos elegidos. El PAN debe reconocer que buena parte de la votación a su favor proviene de la fobia que muchos guanajuatenses tienen por Morena y el estilo de gobernar del Presidente. También del temor de tener un destino semejante al de Venezuela. No es que los electores estén felices de la inseguridad y la impunidad de los últimos gobiernos, simplemente rechazan más a Morena que a los defectos del PAN. 

La oposición arrebató terreno al partido en el poder, algo que sucede desde hace tiempo en las elecciones intermedias. Morena logrará algunos estados y tendrá mayor presencia federal. Toma y daca, algo a lo que nos debemos acostumbrar en la vida democrática de México. 

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