No hay pérdidas, no existen pérdidas. Es que el petróleo es el mejor negocio del mundo”.
¡Ja! Presidente, yo tengo otros datos&
Primero, Pemex es un real desastre. Sus promesas de que resurja como el Ave Fénix han quedado en rollo barato. Y a las cifras me remito:
* La producción petrolera sigue estancada. En abril pasado, por ejemplo, cayó 0.58% vs. 2020. Entre enero y abril, apenas levantó 0.26%. La meta de 2 millones de barriles diarios es un espejismo.
* La modernización de las refinerías ha sido una vacilada. Sigue muy bajo el nivel de utilización de capacidad (44%). Ah, y las refinerías siguen ahogadas en combustóleo.
Ejemplo, los inventarios a inicios de abril crecieron 49% vs. 2020. Y, terriblemente, la CFE usa cada vez más combustóleo para matarnos con luz sucia y cara.
* A pesar de las enormes inyecciones de recursos del gobierno, la deuda de Pemex sigue al alza. De locos. Ah, y la deuda de corto plazo aumentó 83.5% en el primer trimestre.
* Dos Bocas va retrasada y, por cierto, su propia gente en Hacienda ya mencionó en un documento que costaría $13,800 millones de dólares… y contando. Costará, seguro, mucho más.
Ahí le paro, pues podríamos llenar todo el artículo de datos que ilustren su fracaso en Pemex.
Hablemos ahora del petróleo en una perspectiva global.
No quisiera reventar más su burbuja don Andrés, pero le tengo malas noticias: en un contexto de mediano plazo, el petróleo va de salida.
El mundo por fin ya está tomando en serio el asunto del calentamiento global. Las emisiones cero para 2050 van. Habrá mecanismos cada vez más precisos para penalizar a la empresa (o país) que contamine y para premiar al que sea ecológicamente responsable.
Por eso un tribunal le ordenó a Shell bajar 45% sus emisiones, por eso la petrolera está vendiendo refinerías.
Pero cómo ya sé que tampoco me va a creer, aquí le dejo tres datitos más:
* British Petroleum el año pasado estimó que la demanda global de petróleo podría caer hasta 80% para el año 2050.
* Ford anunció la semana pasada que el 40% de sus ventas globales para el año 2030 serán de vehículos eléctricos. Y para ello, por cierto, invertirá $30,000 millones de dólares.
* General Motors anunció en enero que eliminará gradualmente carros y camionetas de combustión interna y que para el año 2035 sólo venderá vehículos con cero emisiones.
Presidente, estamos frente a un cambio sísmico en la industria de los hidrocarburos. Y le dejo una última evidencia.
“El transporte como servicio destruirá enormes partes en transportación y petróleo. Provocará que se desplomen la demanda y los petroprecios. Billones de dólares se perderán y otros se crearán en nuevas oportunidades”.
Esto es apenas una parte del fenomenal reporte “Repensando la Industria de Transportación” de James Arbib y Tony Seba.
Sus conclusiones son demoledoras.
“Una disrupción basada en la tecnología se da al converger cambios que crean nuevas industrias y destruyen otras”, señala Seba en una gran charla que puedes ver en nuestros sitios.
El profesor de Stanford explica que innovaciones en tecnología (robótica, inteligencia artificial, impresión 3D, etc.), modelos de negocio (Uber, Airbnb, etc.) y productos se suman para producir enormes ventajas en costos que provocan cambios sísmicos.
La acumulación de cambios dramáticos hará que la transformación sea rápida e impactante.
Seba ilustra esto con un par de fotos viejas de Nueva York. La primera es de 1900: en la calle se ven decenas de caballos y ahí perdido entre los equinos, un carro de algún innovador.
La segunda es de 1913. La misma calle, pero todo exactamente al revés: puros carros y ahí perdido un triste caballo. En apenas 13 años la forma dominante de transporte murió… y nació otra industria.
Algunos critican las predicciones de Seba. Dicen que el cambio no será tan rápido y tan dramático.
Mmmm, quizá. Pero el cambio viene y es inescapable.
Hoy el petróleo está muuuy lejos de ser el mejor negocio del mundo.
El mejor negocio del mundo, Presidente, es prestar atención a los expertos. Es discutir puntos de vista distintos y es prestarle atención a las señales del ambiente.
Y luego actuar en consecuencia.
El que no lo hace, tarde o temprano enfrentará miseria.
Y en el caso de Pemex (y de México) será más temprano que tarde, don Andrés.
Posdata. Marcelo Ebrard toma bien dictado de Palacio Nacional. Requisito fundamental para esto: apagar el cerebro.
En pocas palabras&
Cuando sopla el viento de cambio, algunos construyen paredes; otros construyen molinos”. –Viejo proverbio chino
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