Los detectaron en Eje 1 Norte, esquina con Ánfora, en la alcaldía Venustiano Carranza de la Ciudad de México. Huían a bordo de una Suzuki negra. Atrás habían dejado los cuerpos de dos hombres a los que agredieron de manera directa, “sin mediar palabra”.

El C2 había emitido la emergencia: en la esquina de Mineros y Carpintería había dos lesionados por arma de fuego. Una unidad médica encontró a un hombre de 30 años, Marco Ulises Herrera, con un tiro en el tórax.

El otro lesionado, Yosman “J”, de 24 años, acababa de abordar un taxi, para pedirle que lo llevara al Hospital de Balbuena.

Los dos lesionados habían sido atacados, presuntamente, por vender droga sin permiso de un sujeto apodado “El Pollo”.

Marco Ulises Herrera fue ingresado en Urgencias. Minutos después una doctora informó a sus familiares que había fallecido.

Hasta aquí se trataba de una nota roja como cualquier otra, un hecho de sangre más en la historia de la ciudad.

Las cámaras captaron la huida de la motocicleta y la persecución emprendida por una unidad de la Secretaría de Seguridad Pública: Eduardo Molina, Cerillera, Peñón, Eje 1 Norte y Ánfora.

A las afueras de la terminal TAPO, la patrulla les cerró el paso. Fueron detenidos un joven de 21 años, sin ingresos previos al sistema penitenciario, y un hombre de 33, relacionado con un homicidio por arma de fuego e ingresado a un centro de readaptación por tentativa de robo y posesión de drogas.

Yosman “J” los reconoció como las personas que lo habían agredido y habían disparado contra Marco Ulises Herrera.

Les hallaron una Taurus 9.mm., que aún tenía diez cartuchos útiles. El copiloto era nada menos que “El Pollo”, uno de los miembros de la Unión Tepito.

La Policía de Investigación lo había ubicado como encargado de la extorsión y el narcomenudeo en una de las zonas más conflictivas del Centro Histórico: Santo Domingo, Brasil, Palma, Cuba y Belisario Domínguez.

A principios de este año se reveló un audio que lo involucraba en el secuestro y asesinato del encargado de un restaurante del Centro Histórico, al que la Unión extorsionaba cada mes.

En mayo de 2018 fue ejecutado por la Fuerza Anti Unión Omar Sánchez Oropeza, alias “El Gaznate”. Este sujeto estaba encargado del cobro de piso entre los impresores de Santo Domingo y los comerciantes de los alrededores. Lo cazaron a bordo de su BMW. Intentó refugiarse en un estacionamiento, pero hasta allá fueron a rematarlo.

“El Gaznate” “levantaba” a quienes se negaban a pagar y los llevaba, a la vecindad ubicada en Cuba 86. En esa vecindad fueron descuartizados, el año pasado, Alan Yahir y Héctor Efraín, dos niños indígenas de origen mazahua.

Según la Policía de Investigación, a la muerte de “El Gaznate”, el hijo de este, “El Pollo”, se quedó con el control de la zona. Le respondía directamente a Eduardo Ramírez, “El Chori”, uno de los jefes, aún intocados, de la Unión Tepito.

En noviembre, el cadáver de un joven de 16 años, Christian Torres, fue hallado dentro de una vecindad ubicada en Perú 95. Estaba colgado de la regadera dentro de una de las viviendas.

Christian ha sido señalado como uno de los responsables del descuartizamiento de los niños mazahuas. No se trataba de un suicidio: “Habló de más”, señala una fuente del gobierno capitalino.

“El Pollo” controlaba el inmueble de Cuba 86, donde ocurrió el asesinato y desmembramiento que sacudió a la ciudad el año pasado. Según, las autoridades, es el autor intelectual de dicho homicidio.

Hoy lo han detenido, sin embargo, por otra muerte.

“Auxilio”, demandan vecinos y comerciantes de la zona que temen verlo en libertad en cualquier momento.

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