Los demócratas no importan. Los medios son los enemigos. Y para enfrentarlos hay que llenar la zona de caca”.

Perdón por un inicio tan soez.

Pero estas ominosas palabras de Steve Bannon, uno de los ideólogos principales de Donaldo J. Trump, en parte construyeron y habilitaron una presidencia irracional y destructiva.

El estiércol al que hace referencia Bannon son fake news, otros datos, insultos y etiquetas, la creación de enemigos imaginarios y la polarización y división de la población.

Una estrategia que busca eliminar a la verdad y a la razón del debate y que es usada por autócratas y populistas en todo el mundo.

Porque llenar la zona de caca no es una invención de Bannon.

Para nada.

Por ejemplo, Putin lleva décadas usándola en Rusia.

“La meta no es vender una ideología o visión, sino convencer a la población de que es imposible saber la verdad, por lo que la única opción real es seguir a un líder fuerte”, explica el académico soviético Peter Pomerantsev en un artículo de Vox del 2020.

Goebbels entendía esto a la perfección, Trump lo entendió y aquí en México lo entiende perfectamente el Presidente.

En el 2016, The Economist publicó una portada titulada “El arte de la mentira” y el reportaje principal concluye que una democracia deja de funcionar cuando el debate razonado es sustituido por la mentira.

Cuando el estiércol ya inundó la zona.

Es por eso que en México y en el mundo urge retomar a la verdad como norma. A los hechos, a las opiniones expertas. Entender que las buenas intenciones de un Tlatoani dogmático no sirven de mucho.

Que lo que importa es comparar, es utilizar las mejores prácticas. Que la única manera de transformar lo que sea para bien es la ejecución ingenieril de buenas ideas a través de largos periodos de tiempo.

Y que para lograr esto se requiere contar con información precisa de cómo avanza esa ejecución, para así reforzar lo que funciona y, sobre todo, corregir lo que no sirve.

Claridad de rumbo con flexibilidad de acción.

Y aunque parezca autoalabanza, la labor de medios profesionales y éticos es clave para adoptar a la verdad como norma.

“Antes del internet, las personas obtenían su información de medios que funcionaban como réferis, señalando las mentiras y comprobando aseveraciones o promesas”, explica el reportaje de Vox.

Una labor similar a la de un “curador” o lo que en inglés se conoce como un “gatekeeper”, el que tenía la llave del flujo informativo.

De una vez aclaro, esto no significa que no hubiera abusos. Que no hubiera medios o periodistas vendidos. Y menos aquí, donde abundan. Pero la importancia de la función es indiscutible.

Por eso medios y periodistas objetivos son enemigos del populista. Por eso hay que atacarlos. Por eso hay que llenar la zona de caca.

Como si todo esto no fuera suficiente, hay que agregar un factor a este maloliente coctel.

En la era de las redes sociales y la hiperconectividad la labor de “gatekeeper” se diluye naturalmente. Las plataformas no buscan calidad informativa, buscan clics que les generen plata.

Algo que han logrado con creces.

El problema es que con la plata también generaron un ecosistema que privilegia superficialidad, rumores, teorías de complots, insultos, polarización y hasta violencia.

Un mundo donde la diarrea populista se convierte en la nueva verdad.

“Una mentira se convierte en más plausible al repetirse. Es lo que los sicólogos llaman el efecto ilusorio de la verdad”, explica Vox.

Esta trampa de la mente fue mencionada por primera vez por la profesora de sicología Lynn Hasher, de la Universidad de Temple. Estudios subsecuentes han probado algo terrible sobre este efecto: es más fácil creer una mentira cuando proviene de alguien poderoso.

De alguien que debe saber más.

Un presidente, por ejemplo.

La amenaza es clara y ominosa. ¿El remedio? Elige bien tus fuentes de información (suscríbete a Reforma, El Norte o Mural). Investiga, cuestiona, duda. Denuncia la mentira y al mentiroso. No te quedes callado.

Si dejamos que la caca nos invada, no nos quejemos después de los olores.

Posdata. 322,000 muertos por Covid. Aunque se intente llenar la zona de caca, la realidad termina por imponerse. Criminal, el “manejo” de la pandemia.

En pocas palabras…

La verdad es como el Sol. Lo puedes tapar por un tiempo, pero no se va a ir”. –Elvis Presley

[email protected]

Twitter: @jorgemelendez

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