El reciente estímulo fiscal por 1.9 billones (millones de millones) de dólares aprobado por el Congreso estadounidense es 58% más grande que el PIB nominal de México. Es mayor a las economías de Brasil o Italia. Se suma a los 900 mil millones aprobados en diciembre, y a los 2.5 billones del último año de Trump. El estímulo total asciende a 27.1% del PIB. Sólo Japón estimuló más (54.9%), aunque esa cifra incluye cuantiosos fondos para descarbonizar su economía antes de 2050, rubro no relacionado con la pandemia.

No hay precedente para una inyección fiscal de esa magnitud, excepto durante la Segunda Guerra Mundial. El déficit público de EU pasó de 3% del PIB en 1940 a 13.9% en 1942, a 29.3% en 1943. En 2020, fue 15% y será 16% en 2021.

EU tiene un “privilegio exorbitante” (como dijera Giscard d”Estaing) sobre otras economías, al tener la imprenta de dólares, moneda que será por mucho tiempo el refugio de valor universal. Quienes vaticinaban su muerte pueden esperar sentados. Como dijo Larry Summers: “no hay alternativa, Europa es un museo, Japón un asilo de ancianos, China una cárcel y bitcoin un experimento”. EU podría financiar un déficit aún mayor pues lo hace en su mone- da. Por si fuera poco, la demanda por dólares para transacciones financieras pasó de un billón en 1970 a 30 en la actualidad. EU acierta al aprovechar la posibilidad de financiar un déficit enorme a tasas cercanas a cero.

Al final del día, todo dependerá de qué hagan con ese dinero. Redituará salvar a un montón de empresas y pequeños negocios que podrán volver a funcionar y a contratar gente en cuanto la pandemia amaine. Si la mayoría de la población está vacunada en mayo, la economía de EU crecerá 6.5% o más este año (decreció sólo 3.5% en 2020). Se espera que recupere el PIB prepandemia incluyendo el crecimiento antes proyectado. La tasa marginal de ahorro en la parte más afluente de la pirámide es más de 20. Veremos robusta demanda en el segundo semestre pues hay enorme demanda ansiosa por ocurrir.

Ahora se propone otro paquete para modernizar infraestructura, podría ascender a 15% del PIB. Además de invertir en carreteras, puentes, puertos, aeropuertos, acceso a banda ancha y generación de energía limpia, se considera incrementar el apoyo a escuelas y programas de investigación de universidades y entidades privadas.

Nuestra inversión en Dos Bocas o el Tren Maya no aumentan nuestra competitividad un ápice, y sí deterioran las finanzas públicas, incrementando de paso el costo del financiamiento para nuestras empresas.

Mientras tanto, el estímulo total de México no llegó a un punto del PIB en 2020. A pesar de eso, reportamos el mayor déficit en 30 años, más de 37 mil millones de dólares (alrededor de 3% del PIB). Los Requerimientos Financieros del Sector Público, la medida más amplia de endeudamiento, llegaron a 55.4% del PIB. México quizá regrese en 2024 al PIB nominal de 2018. Será un sexenio perdido.

Comparar ambas economías es injusto. Pero entendamos el daño que este austericidio nos ha hecho. Se estima, por ejemplo, que 90 mil restaurantes cerraron para siempre. Sólo eso implica la pérdida de cientos de miles de empleos. Si a ello le sumamos la quiebra de empresas, pérdida de turismo y que nuestra economía difícilmente reabrirá este año, dada la lenta vacunación, el panorama se complica.

Quizá la mayor diferencia entre México y EU está en su concepción del gasto público. El objetivo medular del enorme estímulo estadounidense fue mantener vivas a empresas que podrán volver a invertir, competir, generar riqueza; y a negocios que proveerán empleo. Ahora se pretende modernizar la infraestructura para mejorar la competitividad de las empresas y ser mejor destino de inversión, para incrementar el crecimiento potencial del país. Nuestra inversión en Dos Bocas o el Tren Maya no aumentan nuestra competitividad un ápice, y sí deterioran las finanzas públicas, incrementando de paso el costo del financiamiento para nuestras empresas.

Creceremos sólo por navegar en la estela del transatlántico estadounidense. Cuidemos la relación y, de paso, entendamos que nunca hemos necesitado más de la inversión de nuestras empresas. Si tan sólo este gobierno apreciara el daño que hace al sabotearlas. @jorgesuarezv

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