Aquí ya lo hemos dicho: nuestro mundo es muuuy desigual.
El reporte global de la riqueza 2020 de Credit Suisse pinta claramente la gran diferencia en la fortuna de las clases sociales.
En la cima de la pirámide están 52 millones de adultos con fortunas mayores al millón de dólares que tienen el 43.4% de la riqueza global y representan apenas 1% de la población.
El siguiente nivel incluye a 590 millones de personas con patrimonios de entre 100,000 y un millón de dólares. Representan 11.4% del total y concentran 40.5% de la riqueza.
¡84% de la riqueza en manos del 12% del planeta!
Después vienen quienes tienen entre 10,000 y 100,000 dólares: 1,754 millones, 34% del total, y que acumulan sólo 14.7% de la riqueza. Y lo más terrible es la base: 2,768 millones, 53.6% del total, que apenas rasguñan 1.4% de la bonanza.
Y faltan los hiper ricos. Según Oxfam, apenas ¡2,153 billonarios acumularían más riqueza que 60% de la población global!
Si esto ya es terrible, el futuro pinta más negro. Y es que el Covid-19 inyectó una dosis de esteroides a esta terrible desigualdad.
Lamentablemente, ésta se ensanchará de diversas formas.
En primer lugar está el tema económico.
“Para una gran parte de la humanidad, volver a las condiciones (económicas) de antes de marzo de 2020 llevaría más de 10 años”, advierte Oxfam en su reporte “El virus de la desigualdad”.
Para mí esto es clarísimo.
Hombre, 57% de los empleos en México son informales.
Trabajadores que no tienen prestaciones sociales y que están mucho más expuestos al contagio.
Ante la ausencia de un programa real de apoyo del Gobierno a empleos y empleadores (dádivas y microcréditos de $25,000 pesos en realidad no sirven de mucho), los estragos ya se notan.
Especialistas calculan, por ejemplo, que hasta las mejoras por los aumentos al salario conseguidas en el 2019 y 2020 se habrían esfumado ya para 80% de la población con menores ingresos.
O sea, los errores de la 4T afectan más a los desprotegidos. Y es que los que tienen mayores ingresos disponen de más armas para combatir los golpes económicos de la pandemia.
Hasta en esto, primero los pobres, ¿no? Lamentable.
Faltan dos brechas más. Primero, la educativa.
Sus efectos quizá no sean notorios en el corto plazo, pero en el largo plazo serán terribles. Esta brecha perpetuará atraso y desigualdad.
Nuestro sistema educativo público ya era de por sí malo. Pero la pandemia lo expone aún más. La educación virtual para los más pobres es una labor heroica de profesores que tratan de dar clases a estudiantes que carecen de medios para conectarse.
Mientras que muchas escuelas privadas cuentan con programas bien aceitaditos para chavos conectados, en las escuelas rurales tienen que subir a cerros y comprar tarjetas para conectar su celular el tiempo que les dure (relee “Brecha trágica”).
La segunda brecha es la de salud.
Tanto hospitales privados como públicos están agobiados por el Covid. Pero hay una gran diferencia en los recursos y personal disponible para los que pueden pagar un seguro de gastos médicos.
Las políticas de la 4T afectaron la ya de por sí menguante calidad de nuestro sistema de salud pública. El virus es la puntilla.
Tres comentarios finales sobre la desigualdad:
1. Se ensanchará la brecha entre Norte y Sur. Entre las regiones en México conectadas a la modernidad exportadora y las que están sujetas a las dádivas y planes del Gobierno.
2. La estrategia de vacunación marcará otra gran diferencia. El mundo desarrollado estará vacunado digamos que para el tercer trimestre cuando mucho. La “estrategia” mexicana es terrible y esto dejará muy lejos el regreso a la normalidad.
3. Habrá industrias ganadoras y perdedoras, sobre todo por los efectos de una mayor vida virtual (trabajo y compras, por ejemplo) y cambios en esparcimiento (viajes y entretenimiento).
La desigualdad con esteroides está para quedarse. y preocupa.
A nivel país hay que ponerse las pilas. Y a nivel personal y en la empresa, hay que analizar, anticipar y ajustar en consecuencia.
En pocas palabras
La peor forma de desigualdad buscar hacer desigual lo que es igual”. –Aristóteles
Twitter: @jorgemelendez
