Así luce el rompecabezas del crimen en el Centro Histórico de la Ciudad de México:
El 4 de agosto de 2020 fue detenida por venta y distribución Lizeth “N”, conocida como “Big Mama“. Se le señaló como brazo derecho de uno de los jefes criminales del centro, Óscar Andrés Flores, “El Lunares“, y encargada de controlar las operaciones en Peralvillo 33, sitio ubicado como cuartel general del crimen. Las acusaciones por lavado de dinero y narcomenudeo no prosperaron. Fue liberada el 25 de agosto.
El 17 de octubre se reportó un caso de robo a transeúnte en la esquina de Santa Veracruz y 2 de Abril. La víctima reportó que le habían robado el teléfono celular y que los responsables huyeron en una camioneta Voyager.
Una patrulla alcanzó la camioneta a la altura de Peralvillo. Viajaban en ella tres adolescentes. Kevin Gaciel “N”, de 17 años; Emerson Cristofer “A”, también de 17, y Darwin Azael “N”, de solo 14. Los detenidos traían varios celulares a bordo. La víctima reconoció a Darwin Azael como la persona que lo había despojado de su teléfono.
El 26 de octubre Dilan Michel, de 19 años e hijo de “Big Mama”, fue asesinado con una subametralladora calibre .22. El 27 de octubre El Heraldo reportó que en venganza por el asesinato de Dilan Michel, su hermano acribilló a un hombre que caminaba por la esquina de Santa Veracruz y callejón de Santa Veracruz.
Ese mismo día hubo una ejecución en Santa Veracruz y Eje Central. Juan Manuel García Salas, “El Rata”, de 19 años de edad, fue acribillado a quemarropa cuando iba con su novia a desayunar. “El Rata” era el encargado de la extorsión a los comerciantes del mercado 2 de abril: como parapeto, solía emplear a niños y adolescentes.
Entre los menores que acompañaban al “Rata” se hallaban los menores de origen mazahua Alan Yahir y Héctor Efraín, de 12 y 14 años de edad.
La madrugada del 31 de octubre, agentes de la Secretaría de Seguridad Ciudadana detuvieron a Edgar “Z”, un hombre que empujaba un “diablito” con dos cajas de plástico. Dentro de las cajas se encontraron los restos descuartizados de Alan Yahir y Héctor Efraín.
El 10 de noviembre Alessandro “N”, de 14 años, fue secuestrado al salir de un partido de fútbol. Media hora después les exigieron a sus padres 800 mil pesos. La familia pidió un plazo. Los secuestradores ya no contestaron. A las tres de la mañana, el cadáver del adolescente fue encontrado dentro de una maleta en la colonia Guerrero.
Cámaras de vigilancia habían grabado el momento en que dos muchachos abandonaban la maleta. De ese modo fueron detenidos José Rodrigo “N” y Darwin Azael “N”. Este último era el mismo adolescente detenido el 30 de octubre en la Voyager.
El 13 de noviembre se reportó que en la calle de Perú 95 había una persona colgada en un baño. La víctima, Christian Leonardo Torres, de 16 años, contaba con un reporte de desaparición.
En marzo de 2020, la policía realizó un operativo en Perú 95. Seis personas fueron detenidas. Dos de ellas tenían vínculos con La Unión. El primero era un sujeto apodado “El Chito”, hermano del líder de extorsionadores de ese grupo criminal, al que apodan “El Irving”.
“El Irving” controla la zona de Manuel Peña y Peña, conocida como “la calle de las ejecuciones”.
El otro detenido era hermano de un sujeto apodado “El Pipis”, que extorsiona comerciantes en el Centro Histórico.
Estas piezas sueltas, recogidas entre vecinos y comerciantes del Centro, delinean el relato del desastre que la autoridad no quiere o no puede encontrar: una narrativa en la que los protagonistas son niños y adolescentes aplastados, destruidos, atenazados por los grupos criminales, los verdaderos dueños del Centro.
@hdemauleon
