Suena música de fondo: FORTES IN PROELIO, “Fuertes en la lucha”, nuestro himno jesuita que iniciaba todas las semanas los honores a la bandera. La generación del Instituto Patria de 1962 tiene una reunión digital. Después de una presentación donde uno de los miembros explica que hay un descontento con la administración de López Obrador, pide su opinión a Héctor Aguilar Camín.
El novelista y periodista, autor de Morir en el Golfo o la Guerra de Galio, tiene una experiencia literaria y política inigualable. Escribe diariamente en el periódico Milenio una de las columnas de opinión más agudas, precisas y sintéticas de la prensa nacional. Siempre es una reflexión informada, imperdible. La inquietud de quien invita a la charla a Aguilar Camín es qué hacer para que el malestar de una generación que llega a los 75 años pueda motivar a los jóvenes y a las masas.
El escritor se suelta y comienza una de las disertaciones políticas más agudas e iluminadoras que haya escuchado. Recuerda que el “círculo rojo”, aquel grupo identificado por Vicente Fox en su sexenio como los líderes de opinión pública cercanos a todos los poderes, ya lo perdió López Obrador, “tiene el pleito totalmente perdido en el círculo rojo”. Agrega que no hay un análisis de prensa nacional e internacional que defienda lo que está haciendo. Que habrá 2, 3 o 4 analistas que intentan fallidamente apoyar y que muchos de los apostadores abiertos desaparecieron.
Viene lo interesante: Aguilar Camín asegura que tarde o temprano lo que se sabe y se comenta en el “círculo rojo” pasa al “círculo verde”. No sabemos por qué complicados caminos o por los más simples, eso sucede siempre. Pasó con Fox, ocurrió con Calderón y la violencia y se repitió con Peña Nieto y la corrupción.
Lo que eran temas de campaña y llevaron al triunfo a López Obrador, siguen vigentes como la corrupción, la inseguridad y la honestidad. La percepción inicia en el “círculo rojo” y luego es un lugar común con todo mundo. Lo que está viendo y pensando Reforma, El País, las calificadoras, todo eso se va a volver parte común de los mexicanos. Aguilar Camín se pregunta, cuánto tardará. No lo sabemos aunque el Covid lo va acelerar. Una enorme cantidad de gente se va a dar cuenta. El asunto es cómo se organiza esto para que tenga una consecuencia política para quitarle poder, también se pregunta el pensador.
Alguien de sus compañeros tiene una bien estructurada solicitud de revocación del mandato de López Obrador. Aguilar dice que no es el momento, “hoy lo ganaría”. Esta crisis brutal lo va a acelerar porque López Obrador sólo ve a su clientela electoral. Hay un mundo de desempleados, de sectores a los que no ve el Presidente.
¿Cómo se organiza esto para que tenga una consecuencia política, para quitarle poder? Sólo con caminos institucionales.
Si la democracia lo trajo, la democracia es la que lo debe moderar”.
Luego explica que hay dos caminos para lograrlo, el primero, hacer que la Suprema Corte de Justicia de La Nación se porte a la altura y rechace todas las leyes violatorias de la Constitución. La rebaja de salarios, ley de usos de fuerza, la extinción de dominio cuando sólo hay sospechas con la violación de las garantías individuales y otros amparos como los del NAIM, las energías renovables y una cauda de leyes anticonstitucionales.
Sugiere acercarse a los 11 magistrados y recordarles que lo más importante es su honor profesional, que no pueden dar por buenas las leyes que atentan contra los ciudadanos y los funcionarios públicos. “Con dos leyes que le tumben” volvería a ser un presidente normal. Porque sus leyes son “groseramente” anticonstitucionales.
Que te puedan meter a la cárcel por sospecha de que tu patrimonio sea ilícito, suspende las garantías individuales”.
El pleito tiene que darse en la prensa pero más en corto, hablando con los magistrados. Llevándoles la voz de la sociedad que debe estar espantada por la inconstitucionalidad. El otro camino o estrategia, son las elecciones del 21. Coincide con la mayoría de la oposición. La elección del 21 es clave porque al ganarle a Morena, no podrá controlar el gasto como lo ha hecho hasta hoy. Es el único poder real que tiene y en la asignación del presupuesto se le limitaría. Es la sociedad mexicana frente a Morena.
Hoy el Presidente está en una aceleración muy impresionante. El proyecto de López Obrador no es una transformación sino una revolución. Quiere borrarlo todo y comenzar de nuevo. Pero eso no lo logrará ni a balazos dice Aguilar Camín. Imposible cambiar dentro de un régimen democrático, sólo porque el mandatario tiene mucho poder.
Las decisiones estúpidas de cancelar inversiones en el NAIM, cervecerías, en electricidad, tienen sentido cuando se habla de una transformación. Bien dice el escritor que todo cobra sentido cuando se habla de revolución. Luego ejemplifica que toda revolución piensa qué hacer con los ricos. Todas las revoluciones como la francesa, la rusa, la mexicana, lo que hicieron fue primero usar a los ricos, luego expropiarlos y después intentar desaparecerlos.
Todas esas estupideces tienen lógica. Quiere un país jodido para poderlo gobernar”.
Eso va a dividir a la sociedad, a sus clientelas y, del otro lado el resto de la sociedad.
Gana el proyecto retro o gana la sociedad. Todo es cuestión de paciencia”.
En las elecciones del 21 estará tan mal el país que se puede derrotar a Morena y a López.
Para el año 2022 se debe dejar la revocación de mandato, el país puede estar tan mal para entonces que perderá la revocación por&.. y petulante. Ya ha perdido por completo al “círculo rojo”, garantía de que su popularidad se va a desfondar. “Nos has dejado mudos”, dice uno de los compañeros de Aguilar Camín al finalizar su charla.
