Las redes sociales viven una inundación de opiniones “expertas” sobre la realidad de la pandemia. Desde la voz informada del Dr. Alejandro Macías, reconocido especialista leonés, hasta las tonterías que puede decir el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre el calor, los desinfectantes inyectados o medicamentos para la malaria.

Según doctores con estudios de la Universidad de Standford, el contagio llega al 3.3% de la población del condado de Santa Clara y en España hasta el 20% debe estar infectado, es decir unos 10 millones.

En México el Dr. Hugo López Gatell supone que hay 8 infectados por cada uno de los detectados. Si tenemos más de 15 mil comprobados, entonces hay 120 mil ya con el virus.

Pero hay otros datos que van desde 30 hasta 80 no detectados por cada caso comprobado de Covid.-19.  Si fueran 50 por cada uno, pronto llegaríamos al millón de infectados en el país.

El Dr. Macías cree que no estamos preparados para enfrentar la pandemia. En México apenas tenemos 1.3 camas de hospital por cada mil habitantes, la mitad que Estados Unidos. 

Los países que van por delante y la han pasado muy mal son cuatro: Estados Unidos (particularmente la costa Este), el norte de Italia y España, con un golpe seco en Madrid.

Los mexicanos tenemos más de un mes esperando noticias positivas. Alguna luz en el horizonte que anuncie la aurora de un nuevo día sin miedo, sin confinamiento, con trabajo. Vemos el pasado con nostalgia hasta en las películas y las series filmadas antes de la pandemia. 

También sabemos que la disciplina de ocho líderes mujeres en el mundo, tiene mucho mejores resultados que países gobernados por varones. Algo que seguro será estudiado como uno de los descubrimientos más gratos en tiempos del Covid.

¿Cómo está conectado el cerebro de la mujer o qué instinto primario conserva para tomar mejores decisiones ante la peste? Todo un tema para el historiador-investigador Yuval Noah Harari, autor del éxito “Sapiens”. 

Hay cosas ciertas en la estadística y en la narración del problema que nos hace cerrar la puerta y permanecer en casa: los mayores de 65 años debemos estar más traqueteados para que el bicho se ensañe con nosotros. Si encima de la edad le sumamos diabetes o hipertensión. Cuidado. 

En España ya no aguantaban a los críos en casa en los pisos cerrados y van de salida una hora al parque. Pronto abrirán restaurantes para llevar y a medida que mueran menos y decrezca la curva de infectados, terminará el confinamiento. Lo mismo en Italia. Aquí todavía nos falta un mes con incertidumbre. 

Cuando leemos las historias de dolor y sufrimiento que produce la enfermedad, sobre todo en los hospitales y en las unidades de cuidados intensivos, olvidamos las estadísticas y ponemos otro cerrojo a la puerta.

Esta no es una gripa normal, ni siquiera una influenza dura, es un maldito bicho que se mete en todas las células y llega a producir coágulos o derrames; puede matar desde el pulmón o desde el riñón. Además, se esconde durante días sin que se note.

Luego llegan noticias alentadoras. En Asia prueban vacunas con éxito en macacos, los simios más parecidos al funcionamiento del cuerpo humano. Pronto habrá miles de pruebas para la gente y en poco tiempo suponen que en septiembre se distribuirán las primeras vacunas.

Por lo pronto no salimos y si lo hacemos hay que tomar distancia, tapabocas, careta y una buena dosis de jabón y alcohol, tomado (para tener valor) y untado.

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