Hace una semana platicaba a los lectores de este estimado diario las circunstancias dadas para construir, por fin, un teatro en nuestra ciudad. Ahora continúo.

Un gran intento para contar con un teatro -y algo más-, se dio hace 38 años aproximadamente cuando, siendo yo Director de la Casa de la Cultura y el Ingeniero José Martínez González Secretario de Desarrollo Económico del Gobierno del estado bajo la administración del licenciado Rafael Corrales Ayala, platiqué con mi amigo, ya ido al cielo, Arturo Salgado Bravo, sobre la necesidad que tenía Irapuato de contar con un teatro, y conociendo que su papá tenía en propiedad un gran terreno con más de seis hectáreas de superficie sobre el Bulevar Guerrero donde posteriormente se realizó por mucho años la Expo Agroalimentaria.

Platiqué con Arturo sobre el proyecto que tenía de construir en ese terreno el teatro de la ciudad con todas las cualidades y condiciones necesitando para ello, cuatro y media hectáreas para realizar en él lo siguiente: el teatro con todos sus edificio y espacios necesarios, estacionamiento vehicular suficiente, áreas verdes, boscosas y frescas donde las personas pudieran ir y convivir libre y gratuitamente en esas áreas; un elemento nuevo que podría realizarse –y continuo pensando que sigue siendo favorable su construcción-, como parte inherente a este gran conjunto cultural, un ‘Planetario’, edificio que sería un gran centro de atracción para los irapuatenses y gran parte de la población de muchas ciudades alrededor de nuestra ciudad, y lo sería por su gran factor de enseñanza, distracción, entretenimiento y novedad siempre perenne, y porque en ninguna ciudad cercana existe uno abierto al público y con todos los adelantos técnico-científicos; el más cercano se encuentra en la ciudad de Morelia.

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