De acuerdo con los comentarios que hice en el artículo dominical en las páginas editoriales de este estimado diario, ahora platicaré un poco sobre el nacimiento de la ‘plaza de las festividades’ – la actual ‘plaza Madero’- y que es interesante conocerlo dado que en ella se centraron las actividades humanas durante cientos de años. Recordemos que inicialmente se formó un camino natural y espontaneo entre los dos templos iniciales que marcaron el inicio de la vida de Irapuato en lo español: el de ‘Nuestra Señora de la Misericordia’ o ‘del Hospitalito’ y el de ‘Señor san José’. El andar o caminar entre los dos centros neurálgicos de la población produjo el encuentro de ellos, el que fue en un espacio abierto –la plaza mencionada-, la que se convirtió en el ombligo de la población, una especie de matriz en la que nacía siempre el sentido de convivencia y unión entre los pobladores de los irapuatenses primarios. Luego, como ya lo comenté, continuó esa plaza magnífica siendo el centro, soporte –vida social, religiosa, jurídica y administrativa- de los congregados habitantes lugareños.
Ahora abro un espacio para comentar, platicar, sobre lo que, al menos para un servidor –esperando que todas las personas que lean este artículo, piensen como yo-, desearía, esperaría y casi exigiría a la, o las personas que desean participar como candidatos para ser presidente municipal de Irapuato durante el próximo trienio que se avecina. Lo que debe tener el candidato, o los candidatos, son las siguientes cualidades y/o condiciones: uno, ser honesto y probo; dos, tener estudios profesionales relacionados con la administración o afines a ellos; tres, haber nacido en Irapuato o, al menos, tener suficientes años viviendo aquí como para sentirse arraigado y comprometido con Irapuato, su ciudad, municipio y ciudadanos urbanos y rurales; cuatro, ser sencillo, amable con los ciudadanos y sabedor que es un servidor público, el que vive en lo económico por medio de los impuestos que sufragan los ciudadanos, y que depende del voto de confianza que le otorgarían si saliera elegido como presidente; cinco, conocer al máximo los problemas que pesan sobre los ciudadanos del municipio que desea gobernar; seis, conocer, igual, al máximo las soluciones a esos problemas y la capacidad para resolverlos ; siete, conocer suficientemente la historia de la ciudad y municipio que desea gobernar pues de otra manera no conocerá sus orígenes, sus raíces, y como consecuencia no sabría si lo que desea realizar afecta a esos orígenes, las raíces de la ciudad y municipio, es decir de los ciudadanos los que lo menos que pueden esperar de ese servido público es que respete su historia, tradiciones, etc.; siete, tener información suficiente del medio estatal y nacional como para que acreciente las relaciones del medio nuestro en el que vivimos dado que no es -somos-, islas y dependemos del medio en el que nos desarrollamos y vivimos para, en lo comercial, agrícola, industrial cultural y demás, vivir mejor y relacionarnos más; ocho, ser celoso y respetuoso de las creencias religiosas -y otras-, de los conciudadanos, los que necesitan, consciente o inconscientemente, apoyo y empuje de las autoridades que, en este caso involucran, tanto a las municipales como a las particulares (cámaras, asociaciones., etc.), las eclesiásticas y las militares. Con estas condiciones –y señalo, ‘exigencias’-, dado el problema principal que padecemos es la falta de seguridad en la población, con asesinatos casi diario, en lugares públicos, a cualquier hora del día y en circunstancias tales que muchos ciudadanos sufren las consecuencias de la falta de atención de las autoridades respectivas quienes tienen que velar por la seguridad de la población así como del otro factor que todo Irapuato, estado y la republica demanda: la de evitar al máximo la corrupción que padecemos; nueve, finalmente, ser una persona respetuosa y que sabe hacerse respetar. Si con estas condiciones –que espero no se sienta que son muchas puesto que la realidad en la que vivimos demandaría aún más si logramos un buen presente, humano y capaz, no importando colores partidistas, sexo, edad, etc.- habremos ganado una batalla, la de vivir tranquilos sin tener necesidad de vivir en jaulas mientras que los delincuentes son los dueños de las calles de nuestra ciudad y municipio.
Una noticia, para mi buena, y espero que para los lectores de estas líneas, igual: por fin terminé el libro con la vida del señor Cura Marín Lawers, muerto asesinado el domingo 19 de febrero del año de 1933 en la Parroquia de Nuestra Señora de la Soledad, ahora nuestra Catedral. Próximamente definiré que día, el mes y la hora donde será presentado y quien presentará el libro sobre la vida de este mártir nacido en Irapuato. Gracias.
Como siempre, pido y agradezco críticas constructivas a este trabajo. Estoy a las órdenes para servir de conductor en visitas al centro de nuestra ciudad y ofrecer pláticas sobre nuestra historia.
Bibliografía: Chanfón Olmos, Carlos, Doctor en Historia y Arquitectura. Historia de la Arquitectura y Urbanismo Mexicanos. Tomo 1, el encuentro de dos universos culturales. Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Fondo de Cultura Económica (FCE). Año de 1997.
