Amo las luces que parpadean y más si son de muchos colores, me encantan todas las figurillas coquetas que colocan en las casas; nacimientos, a Santa Claus, renos con la nariz roja y piñatas de muchas formas. Es hermoso sentir que las personas son felices, se respira un aire de esperanza, consuelo, amor y estabilidad, es ese momento donde todo está en su lugar, no hay nada más bello que la navidad; arreglar todo en casa, primordialmente las cosas entre los familiares y amigos porque ¿de qué sirve vestir ropa bonita y nueva, accesorios chulos, comer alimentos especiales y obsequiar lo más esperado si nuestros corazones no están preparados? 
El año nuevo, las uvas, la sidra, la cena, fuegos artificiales, la presencia de la familia, la espiritualidad, Cristo entre nosotros ¡todo es perfecto! pero cuando comienzo a escuchar las campanadas para recibir el año nuevo en mi mente como rayo aparecen todas las atrocidades que se cometieron pocas semanas, meses y hasta años atrás, cada imagen me golpea más fuerte; bombas, niños atrapados y lastimados en una guerra, personas con preferencias sexuales diferentes asesinadas en un bar, atentados en distintas partes de Europa, y un México mutilado, violado y violentado que no logra descansar. Es ahí cuando me pregunto preocupada ¿Para dónde vamos? ¿Qué estamos haciendo con todo lo que se nos ha obsequiado? Los árboles, por nuevos hoteles, el agua de los ríos y mares llenos de plástico y metales, las ciudades, las personas asesinadas como si no sintieran o importaran, niños inocentes que deberían estar jugando mutilados en todas partes. ¿De verdad el humano merece otro año más?
¡Vamos gente! Confío en que este año 2017 despertaremos del letargo, que pelearemos justos para obtener nuestros sueños ¡Por favor no se desesperen, no pierdan la esperanza! Intenten ser felices, recuerden que siempre ha existido la justicia divina, hagamos nuestra parte, seamos fieles, amorosos, honestos y respetuoso y todo estará bien; recuerden que vivimos de este planeta amémoslo, cuidémoslo, el dinero no es aire, no es agua ni mucho menos flora y fauna.

¡Les deseo un hermoso 2017!

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