6 Enero Mt 2,1-12
Cuando los magos de oriente llegaron a Jerusalén y preguntaron “¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos surgir su estrella y hemos venido a adorarlo” Herodes se sobresaltó y toda Jerusalén con él… después de oír a Herodes, los magos se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto surgir, comenzó a guiarlos, hasta que se detuvo encima de donde estaba el niño… entraron en la casa y vieron al niño con María, su madre, y postrándose lo adoraron. Después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Advertidos durante el sueño de que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino. ~
Las imágenes intensas de los “Reyes Magos”, pueden inspirar en nuestra vida diaria una actitud esperanzadora y sabia ante la vida.
Los que buscan al Niño son personas inteligentes, de estudio; sabios o científicos de Oriente, según la narración de Mateo. Personas que no están satisfechas con el mundo en el que viven ni con los hallazgos que han alcanzado hasta ahora. Esta actitud es atrayente; en verdad, la gente inteligente sigue por naturaleza la luz, busca alcanzar el tope de todo cuanto existe.
Para los no creyentes, podría bastar con la apertura a nuevos conocimientos, como lo hicieron los Reyes Magos, para desinstalarse de sus lugares y ponerse en marcha, siguiendo los signos y las intuiciones de su ciencia. Al final de todas sus búsquedas, lo que el hombre quiere es a Dios; puede ser desde los trascendentales: Verdad, Bondad y Belleza.
Los Reyes Magos han alcanzado La Verdad en el Niño recién nacido; si no hubiera sido así, no se habrían postrado y no lo hubieran adorado. Pero, ¿qué es la Verdad? ¿Cómo se permanece frente al trascendente? Es una respuesta que aparece clara en este Evangelio: la Verdad se encuentra en el diseño de Dios sobre la persona humana. Al final de todos los avances científicos y tecnológicos, La Verdad permanecerá en el ser humano que Dios modeló. Es con el hombre de cada tiempo que Dios tiene un diálogo y un encuentro de salvación.
Estos personajes de hace dos mil años provocaron al rey Herodes, hicieron temblar a toda Jerusalén con él, porque siendo gente de ciencia, se desinstalaron de sus palacios para buscar al Rey Universal, para encontrarse con el que trasciende todo conocimiento, con el que es origen de la vida.
Así también nosotros hoy, queremos ser espejo de estos Reyes Magos, queremos ser nuevos Reyes Magos, capaces de provocar al hombre de nuestro tiempo, tan distraído en los particulares de su propia producción y ajeno al verdadero movimiento de sabiduría y de vida en Dios.
¡Aceptemos ser “Signos de encuentro” en un mundo tan lastimado por los desencuentros; un mundo que pierde el universo de lo simbólico, que se ha vaciado de los signos que trascienden el hombre!
Oración:
Señor Jesús, en ocasiones me descubro soberbio. Como si mis conocimientos englobaran el universo mismo. Creo que hace tiempo dejé de ser científico, imaginativo y simbólico, como fueron estos magos. Hazme salir de mis comodidades y de mi falsa imagen. Que desee levantarme de donde estoy autosatisfecho, para ir en la búsqueda de la verdad. Que sea capaz de interpretar tus signos de trascendencia en nuestras vidas y que me postre todas las veces ante tu majestad. Permite que en nuestro hogar con los míos, hagamos una alianza simbólica contigo. Te ofrecemos nuestros dones en cofres de barro. Que seamos signos de encuentro desde nuestras propias ciencias, pero con la humildad de los reyes magos. Amén.
