El inicio del año es una excelente oportunidad para planear nuevos objetivos, por ello, es importante reconocer los logros obtenidos durante el ciclo anterior e identificar nuestras debilidades para proponer estrategias que atiendan las necesidades y nos permitan conseguir resultados eficientes en el futuro.
Del mismo modo, es conveniente evaluar nuestros proyectos y atender con prioridad los aspectos más fundamentales. Cabe agregar que tener una misión puede servir de motivación para impulsar nuestro desarrollo. Igualmente, debemos ser constantes y entusiastas al pretender alcanzar las metas que nos proponemos. En la medida de lo posible hay que apoyar a los demás en sus propios procesos, no podemos olvidar que constituimos una comunidad.
Es más frecuente cada vez elegir estilos de vida saludables, algunos optan por mejorar sus hábitos alimenticios e incorporan prácticas deportivas en su rutina diaria, esto incluso puede servir para relacionarse con otras personas formando vínculos de fraternidad. También se suele decir que el inicio del año es un momento adecuado para emprender nuevos retos, un ejemplo son los viajes, en efecto, siempre es un buen pretexto explorar lugares desconocidos, probar sabores exquisitos o aprender una lengua extranjera.
Otros invierten su tiempo en el hogar o experimentan con el diseño de interiores. Del mismo modo, se ha vuelto común elegir opciones dirigidas hacia el propio crecimiento profesional, como capacitaciones, cursos y posgrados, puesto que se piensa que en un mundo de competencia desenfrenada solo sobrevive el currículum más especializado.
Sin embargo, aunque el éxito nunca ha sido seguro, quizás a la fortuna le agradan los espíritus aventureros. Mientras tanto en las listas de propósitos también se encuentra emprender un negocio propio, formalizar una relación, hacerse de un patrimonio o liquidar las deudas en el banco. De cierto modo, una adecuada administración financiera puede garantizar un bienestar personal y familiar. Para ello se recomienda evitar la fuga de capital en gastos innecesarios y tener el hábito del ahorro, puesto que es muy útil para resolver emergencias.
Ya que todos hemos nacido con una deuda bajo el brazo, realmente hay razones para preocuparse. Se advierte un periodo de gran inestabilidad financiera, ante la cotización del dólar, la depreciación del peso y el aumento del petróleo, por si fuera poco, seguiremos a la expectativa sobre las decisiones del gobierno estadounidense respecto al tema migratorio. Además, la agenda internacional se mantiene en alerta ante los atentados terroristas. Lamentablemente esta situación genera un estado de incertidumbre en el mercado global. Sin embargo todavía existe algo de esperanza, en conclusión, si estas fechas son ideales para la renovación, parece prudente intentar reconciliarnos, compartir lo que tenemos y liberarnos de cuanto nos esclaviza.
Finalmente considero que el año que está por comenzar requiere un mayor compromiso social, ante la inminente crisis político- económica tenemos que imaginar nuevas formas de relacionarnos, promoviendo la tolerancia y el respeto. En ese sentido, es fundamental preguntar en qué medida todo el esfuerzo realizado produce un beneficio colectivo, pienso que para lograr la convivencia ciudadana es importante fomentar ambientes de cordialidad. Entonces, ya que tenemos el privilegio de seguir viviendo, cada día intentemos ser mejores.
Deseo que en sus corazones se encuentre la paz y el amor. ¡Feliz año 2017!
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