La falta de cultura cívica ha provocado una mala convivencia entre vecinos, azoteas llenas de excretas, mal olor, perros estresados que ladran continuamente, mascotas y personas atacadas por perros con y sin dueño, fecalismo ambiental, las zoonosis, los perros usados como arma blanca.
Cuando no hay amor, comunicación, y los jóvenes sufren maltrato en los hogares, se desquitan con los más débiles (gatos y perros). Por ello es importante que los programas oficiales de prevención del delito contemplen a los animales dentro de la violencia intrafamiliar.
Aumentaron los perros y gatos ferales, en julio pasado, en el zoológico de Moroleón, unos perros mataron a una pareja de venados cola blanca, en agosto en la comunidad de Santa Ana, dos perros mataron a seis ovejas, lesionando a otras, o hace unos años en el nacimiento decembrino con animales vivos en Los Pastitos, donde unos perros atacaron a las pobres ovejas que cuidaban el pesebre; hay muchos casos más que no se dan a conocer.
Aumentó la venta de animales en vía pública, sumándose a la sobrepoblación, nacen más que los que se adoptan, una gata puede tener de 1 a 7 crías, y una perra, de 6 a 13 cachorros, es común que abandonen hembras preñadas, que sufren mucho teniendo a sus crías en las peores condiciones.
Aumentaron los acumuladores de perros y gatos, hay personas que llegan a tener tantos que ni el tiempo, ni el dinero, ni el esfuerzo les alcanza, encontrándoseles en condiciones insalubres, hacinados, cruzándose entre sí y mal alimentados.
En la delegación Cuajimalpa, en el llamado Refugio Franciscano, donde hace aproximadamente cuatro años que murió la dueña, dejando 1, 700 perros, los encargados no habían podido mantenerlos bien.
Aumentó la introducción de especies no nativas, cuando a los animales se les tienen, por moda, por estatus, conveniencia, o se les cosifica (son cosas, no sienten), los tiran en cerros, presas, ríos, tanto peces como aves, tortugas, ranas toro, hurones, víboras, quienes invaden el hábitat de la fauna local, llegando a afectar el ecosistema.
Las políticas públicas contra el maltrato animal, fueron esperanzadoras, pero no hay voluntad política, pues negar, eludir, postergar y nulificar dichas leyes sólo han agrandado los problemas sociales, de salud y de seguridad, perpetuando la impunidad y la tenencia irresponsable.
Este año Holanda, ese bello lugar de tulipanes y molinos de viento, se convierte en el primer país sin perros callejeros, gracias a las leyes que tienen en contra del maltrato animal, a las sanciones ejemplares y la promoción de la esterilización.
Luz Elena Galindo
Activista por los derechos de los animales
