En nuestra cultura y sociedad continúa vigente y en promoción un modelo de pareja basado en la exclusividad, fidelidad, eternidad, felicidad, prosperidad, amor eterno, así como la descendencia en los casos en que aplica; esto causa inmensidad de conflictos en las personas.
Generalmente, se crece pensando que cuando se encuentra una persona con quien brota el impulso de irse a vivir juntos, con quien se quiere amanecer, anochecer, envejecer, compartir todo en la vida, se ha encontrado “al amor de tu vida” y, a partir de ahí, se inicia la realización de planes, se fantasea para crear el mundo futuro e ideal que se desea tener con dicha persona.
Si vemos esto con objetividad, es altamente posible que lo hayas vivido en varias ocasiones de la vida a mayor o menor intensidad y habiéndole clasificado como muy o poco importante, según su significado en tu vida.
Cuando las parejas sobrepasan dicha etapa, entran a la del “amor maduro”, es decir, donde se consolida la relación, se conocen en la mayoría de sus facetas y se importan mutuamente, continuando con altibajos emocionales pero juntos.
Y es aquí donde entra la ciencia con la educación formal basada en estudios a desbancar a la educación basada en creencias, y su dictamen es que el ser humano no es monógamo en su naturaleza sino que es capaz de sentir amor por una o varias personas a la vez solo que el tipo de amor es distinto, por alguien se puede estar en el enamoramiento (vuelto/a loco/a por) y por otra u otras personas en el amor maduro (disfrutando de la compañía, hobbies, pasiones, muestras de afecto, apoyo, relaciones sexuales, estabilidad, etc.) ; siendo el enamoramiento la única etapa en donde se llega a sentir y a vivir la exclusividad o fidelidad tan exigida en las relaciones de pareja.
De aquí, la propuesta de reavivar las relaciones de pareja, de actualizarse cada cierto tiempo para reestructurar sus objetivos, retomar el contacto físico y las muestras de cariño, aumentar la comunicación, compartir momentos, revisar y reforzar la confianza, respeto, responsabilidad.
Y en caso de que con esto no sea suficiente, se pueden llegar a nuevos acuerdos como lo son las relaciones abiertas, donde se permitan interactuar, ambas partes, con otras personas; teniendo en cuenta que con esto se disminuye el riesgo de traición, decepción y ruptura de las bases de una relación, es decir, los acuerdos estipulados al inicio de la relación o actualizados pero vigentes donde es común se encuentre en primer lugar “soy sólo para ti y eres sólo para mí” de manera explícita o más común, implícita.
